Alejandro Licea se dedica a una de las disciplinas con más historia del mundo: el circo. Aunque a lo largo de su carrera ha sufrido varios accidentes que le han llevado incluso a no poder caminar durante algún tiempo, este acróbata tiene claro que lo suyo es la adrenalina.
El propio Alejandro le ha explicado al jurado que su número contaba con un alto grado de dificultad ya que, si algo fallaba, caería directamente de cabeza contra el suelo.
Haciendo equilibrios sobre unos cilindros, Alejandro ha demostrado que lo suyo no solo es una pasión, si no que además tiene un talento innato para ello.
Ha sido tal la dificultad del número, que en un momento del mismo el propio Santi Millán ha tenido que apartar la mirada horrorizado: “Te lo juro que esto no lo puedo ver”. Y es que cuando parecía que Alejandro no podía superarse a sí mismo, el equilibrista colocaba un cilindro más en su altísima torre.
Los miembros del jurado también han quedado fascinados con la actuación, todos incluido Risto Mejide que ha visto en el joven equilibrista un talento especial y con futuro. ¡Alejandro se ha llevado cuatro síes!