Los bombones vascos en Japón saben a Txakoli y Sal de Añana: "Querían que todo fuera natural"

Juan Ortiz posa ante una imagen de sus bombones en un centro comercial 'Takashimaya', en Japón.

¿A qué saben los bombones 'made in Euskadi' que comen los japoneses? Pues, a sabores muy propios de esta tierra. En concreto, a Txakoli y a Sal de Añana. "Los japoneses nos pedían que nuestros bombones tuvieran referencias vascas y no dudamos en elegir estas dos", desvela Silvia Ortiz de La Peña Dulce.

Con esos sabores y un "producto muy trabajado" en el que no "todo es natural", este obrador de 86 años ha logrado que sus chocolates se comercialicen en unas lujosas galerías niponas. "Ha sido un éxito total que no esperábamos", reconoce. "En los famosos almacenes takashimaya , estarán a la venta en estas fechas para la mayor feria del chocolate que se celebra allí donde los japoneses compran sus cajitas de estas delicatessen para regalar a su pareja o para uno mismo", cuentan en sus redes. 

Si José Murguía, responsable de poner en marcha La Peña Dulce en 1939 supiera que sus tres nietos Juan, Silvia y Álvaro han conseguido vender sus bombones en Japón, “creo que se quedaría sin palabras por la enorme alegría que le daría saber que se reconoce nuestro trabajo a tantos kilómetros de distancia”, imagina Silvia Ortiz, desde el número 124 de la calle Correría, donde la familia regenta este obrador familiar. Allí, tras el mostrador, es frecuente ver todavía a Isabel, hija del fundador: “Mi madre sigue al frente”, apunta Silvia.

A muchos kilómetros de distancia de este local del Casco Viejo vitoriano, en las estanterías de las lujosas galerías comerciales 'Takashimaya' de Tokyo, Oshaka y otras ciudades japonesas, se comercializarán los ‘San Sebastian Blue’: “El nombre se lo puso mi cuñada porque a Vitoria fuera se nos conoce menos”, apostilla Silvia.

Todo natural

Con formas geométricas, estos bombones lucen un delicado color azulado, que “hemos logrado empleando solo colorantes naturales” y están inspirados “en el azul del mar de Donostia”. Pero su carácter vasco va mucho más allá porque “pedían algo que hiciera referencia al País Vasco” y los hermanos Ortiz idearon unas deliciosas creaciones de praliné de avellana con Txakoli y otras con Sal de Añana.

Estos bombones son los únicos españoles seleccionados y llegan a las galerías japonesas tras un largo proceso, “porque todo tiene que ser muy natural” y hay que “trabajar mucho el producto”.

La pasada Navidad, la Peña Dulce en Vitoria vendió estos bombones que hoy en día “es imposible encontrarlos aquí”, advierte Silvia. Ella está estos días junto a su hermano Álvaro en la capital alavesa, al frente del negocio familiar, mientras que Juan y su mujer Shinobu Kito han viajado al país nipón para reunirse con responsables de las galerías y para “llevar muestras para intentar estar presentes el próximo año en la feria del chocolate más importante del mundo que se celebra allí”.

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