Madrid es una ciudad que se vive a través de sus sabores, y nada representa mejor esta experiencia que el arte del tapeo. En cada rincón de la capital se respira una pasión por la comida que ha convertido a ciertas calles en auténticos epicentros gastronómicos dignos de una peregrinación en toda regla. Pero si hubiera que quedarse con una única vía como corazón del tapeo madrileño, esa debería ser Ponzano, situada en el céntrico barrio de Chamberí.
Conocida coloquialmente como la "milla de oro" del tapeo, la calle Ponzano alberga más de 70 bares y restaurantes en poco más de un kilómetro de longitud, incluyendo hasta un estrella Michelin. Esta vía ha ganado notoriedad en los últimos años por su mezcla perfecta entre tradición y modernidad, y diversas publicaciones gastronómicas la han destacado, como es el caso de Lonely Planet, que la califica como la “calle más caliente” de Madrid.
Al recorrerla nos encontraremos tanto con locales que mantienen el encanto de las tabernas tradicionales, otros apuestan por ofrecer una cocina de autor que ha renovado la escena gastronómica madrileña.
Uno de los bares más icónicos de Ponzano es El Doble, famoso por sus generosas tapas de gambas, anchoas y gildas, siempre acompañadas de cañas perfectamente tiradas. Al otro extremo del espectro culinario se encuentra Sala de Despiece, un espacio donde se reinterpreta la cocina española en clave contemporánea, con una presentación que convierte cada plato en una obra de arte.
En cambio, los fans del pescado no pueden perderse Deatún, que presume de tener el mejor tartar de atún de la ciudad. La Neotaberna Santerra es otra buena opción para descansar, con una propuesta tradicional que incorpora toques modernos para reinventar los clásicos torreznos, bravas, ensaladillas y demás. Por supuesto hay muchos más paradas recomendadas, como Casa Fonzo, Arima o Candeli, pero sabemos que parte de la gracia de ir de tapas es descubrir tu nuevo restaurante favorito.
El auge de esta calle ha dado lugar al término 'ponzaning', que describe la experiencia de recorrer sus bares y restaurantes mientras se disfruta de tapas y bebidas. Este fenómeno no solo ha atraído a locales, sino también a turistas que buscan sumergirse en el auténtico tapeo madrileño.
Además, por si eso no fuera suficiente como para hacer que la calle Ponzano te resulte interesante, hay que añadirle el hecho de que se trata de una de las zonas más populares cuando cae el sol, con una vida nocturna envidiable. Lo curioso es que, además, cuando vuelve a salir el sol, su oferta cultura, con museos y teatros por doquier, se completa una estampa de lo más peculiar.
En el número 85 de esta calle hay una parada obligatoria para los que buscan algo más en su viaje gastronómico. Se trata del Restaurante El Invernadero, del chef Rodrigo de la Calle, y cuenta con una estrella Michelin, además de que se acaba de convertir en el mejor restaurante de vegetales del mundo. Este establecimiento se erige como un santuario de la 'Alta Cocina Verde', en el que la naturaleza vegetal es el pilar fundamental de su propuesta culinaria.
La filosofía de El Invernadero se centra en el respeto al producto vegetal, aceptando su temporalidad y evanescencia, y dejándose llevar por los ciclos de las estaciones para obtener su máxima expresión. Aunque se trata de un restaurante omnívoro, la proteína animal participa únicamente como aderezo, ofreciendo opciones sin gluten, para diabéticos y alérgicos en general. Además, cuentan con un menú especial sin proteína animal para todos aquellos que siguen una dieta vegetariana o vegana.
La cocina es 100% de temporada y no es habitual que repitan platos, destacando elaboraciones como las alcachofas al vapor, las cebollas al horno y los boniatos violeta asados a la sal y flameados en la sala. En cuanto a los precios, los menús degustación oscilan entre 148 y 218 euros por comensal, dependiendo de la experiencia.
Aunque Ponzano lidera la lista de templos del tapeo castizos, Madrid es una ciudad llena de enclaves gastronómicos que merecen ser explorados a fondo. Entre ellos, esta la opción de dejarse caer por la calle Cava Baja, en el barrio de La Latina, considerada durante años la meca del tapeo. Aquí se pueden encontrar locales tan clásicos como Casa Lucio, famoso por sus huevos rotos, o La Taberna La Concha, donde el vermú de grifo es casi tan famoso como sus tapas de bacalao.
Otra opción imprescindible es la zona de Las Letras, con la calle Huertas como protagonista. En este barrio se combina historia y gastronomía, con bares como Casa Alberto, abierto desde 1827, donde se puede degustar cocina tradicional madrileña en un ambiente que parece haberse detenido en el tiempo.
El auge del tapeo en calles como Ponzano y Cava Baja forma parte de un fenómeno más amplio: el renacimiento gastronómico de Madrid. En los últimos años, la ciudad ha visto una explosión de nuevos conceptos culinarios que mezclan tradición y vanguardia. Este movimiento ha posicionado a Madrid como un destino gastronómico de referencia, atrayendo a chefs de renombre y consolidando su lugar en el mapa culinario internacional.
La fusión de influencias regionales, la calidad de los productos locales y la creatividad de los cocineros han transformado el clásico tapeo en algo más que una tradición: es toda una experiencia cultural. Los bares de tapas no solo son lugares para comer y saciar el hambre, sino también para socializar, compartir y vivir la esencia de Madrid.
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