Elegir la mesa adecuada para tu cocina puede convertirse en todo un desafío, ya que se trata de un elemento central de esta estancia, e influye tanto en la funcionalidad como en la estética del espacio. Por eso es importante ser conscientes de los aciertos más sencillos y también de los errores habituales que se suelen cometer cuando llega el momento de elegir una mesa de cocina. Te presentamos tres de cada tipo para que puedas tomar una decisión informada cuando llegue el momento de renovar la mesa de tu cocina.
Proporciones adecuadas al espacio
Uno de los aspectos más importantes que se deben tener en mente es la proporción de la mesa en relación con el espacio disponible en tu cocina. Asegúrate de que la mesa se ajuste adecuadamente al tamaño que tengas en esta estancia, permitiendo que siga habiendo suficiente espacio para moverse cómodamente alrededor de ella.
Una regla general es dejar al menos 90 cm de espacio libre alrededor de la mesa para que las personas puedan moverse y las sillas se puedan sacar fácilmente. Este espacio es crucial para evitar que la cocina dé la sensación de estar demasiado llena y para mantener un flujo de movimientos eficiente.
Materiales duraderos
Elegir materiales que sean duraderos y fáciles de mantener es también otra elección clave, especialmente en aquellas cocina en las que la mesa estará expuesta a manchas, calor y humedad.
Las mesas de madera tratada, laminado y ciertos tipos de piedra como el granito son excelentes opciones debido a su durabilidad y facilidad de limpieza. Estos materiales pueden soportar el uso diario sin requerir un mantenimiento excesivo, aunque siempre conviene ser consciente de qué debemos hacer para que la mesa de la cocina siga luciendo el mismo aspecto que el primer día..
Funcionalidad y versatilidad
La funcionalidad y versatilidad de la mesa también son factores clave. Hay que realizar un ejercicio previo de planteamiento para discernir cómo vamos a usar la mesa y qué características adicionales pueden hacerla más útil.
Las mesas extensibles, por ejemplo, son una excelente opción para cocinas pequeñas, ya que pueden ajustarse en función de la necesidad. Además, algunas mesas vienen con almacenamiento integrado, lo cual resulta ideal para optimizar el espacio en aquellas cocinas más compactas.
Ignorar el mantenimiento necesario
Un error común es no ser conscientes del mantenimiento que requiere el material de la mesa. Algunos materiales, aunque sean estéticamente atractivos, pueden requerir un mantenimiento constante que puede convertirse en un inconveniente a largo plazo.
En las mesas de vidrio, por ejemplo, pueden quedar marcas de huellas dactilares y manchas fácilmente, requiriendo una limpieza frecuente. Las mesas de madera no tratada pueden absorber manchas y deformarse con la humedad si no se mantienen adecuadamente.
Elegir un estilo que no combina con el resto de la cocina
Un error frecuente es acabar eligiendo una mesa que no se alinea con el estilo general que hemos planteado en la cocina. Es importante que todos los elementos de la cocina, incluida la mesa, tengan una cierta coherencia estética para crear un espacio armonioso.
Por ejemplo, una mesa rústica en una cocina de estilo moderno puede parecer fuera de lugar y romper la fluidez del diseño. Asegúrate de que la mesa que elijas complemente los colores, materiales y estilo de los demás muebles y accesorios de la cocina.
No probar la mesa antes de comprarla
Otro error común común es no probar la mesa antes de comprarla. La comodidad y la funcionalidad de una mesa no pueden evaluarse completamente solo mirando fotos a través de internet o en un catálogo de venta.
Siempre que sea posible, visita la tienda para probar la mesa. Si compras online, revisa las políticas de devolución para asegurarte de que puedes devolver la mesa si no cumple con tus expectativas. Sentarse en la mesa y simular su uso diario puede revelar problemas que no serían evidentes de otra manera, como una altura incómoda o insuficiente espacio para colocar las piernas de todos los comensales.
Elegir la mesa de cocina adecuada implica equilibrar la estética con la funcionalidad y considerar cuidadosamente el espacio disponible y el uso diario. Evitar errores comunes como ignorar el mantenimiento, equivocarse con el estilo o no probar la mesa son aspectos que pueden contribuir a transformar tu cocina en un espacio más eficiente y agradable. Al mismo tiempo, si aciertas en las proporciones de la mesa, eliges materiales duraderos y optas por características funcionales puedes estar seguro de que la mesa de cocina no solo complementa el diseño de tu espacio, sino que también mejora su practicidad.
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