La congelación de alimentos es una práctica que ha existido desde tiempos remotos. Los habitantes de las regiones polares han utilizado (y utilizan) el hielo y el frío natural para preservar sus alimentos. Con el paso de los años y lógicamente el avance de la tecnología, este método de conservación ha evolucionado hasta convertirse en una de las formas más seguras y eficientes de mantener la calidad de los alimentos.
Hoy en día, la congelación no sólo evita el deterioro de los alimentos, sino que también permite conservar su valor nutricional. Un valor nutricional que en otros procesos de conservación se ve mermado por el uso de conservantes artificiales.
El pescado congelado es una opción excelente para disfrutar del sabor de este producto. La gran parte del pescado congelado que va a parar a nuestra cesta de la compra ha sido ultracongelado en alta mar, un proceso que ocurre a las pocas horas después de su captura.
La ultracongelación consiste en someter el pescado a temperaturas extremadamente bajas (-40ºC o menos) en un corto período de tiempo. ¿Por qué así? Porque al hacerse rápido se evita la formación de cristales de hielo grandes. Las puntas de estos cristales de gran tamaño rompen las fibras de los alimentos y una vez que se descongelan los nutrientes se escapan por las fisuras producidas en esa rotura. Si el proceso de congelado se hace de manera rápida, la formación de estos cristales es tan repentina que no ha lugar a la rotura de fibras (se forman microcristales), por eso, cuanto más rápido se congela un alimento, mejor mantiene sus propiedades.
La práctica de la ultracongelación en alta mar garantiza que el pescado llegue a las mesas de todo el mundo conservando todos sus nutrientes, como, por ejemplo: omega-3, vitaminas del grupo B (como B1, B2, B3, B9 y B12) y vitaminas liposolubles como A, D y minerales como el yodo, el calcio, el fósforo, selenio, potasio, zinc y magnesio.
Además de conservar esos nutrientes a los que hacíamos referencia en el apartado anterior, el consumo del pescado congelado ofrece muchas más ventajas.
Existen algunas creencias erróneas sobre el pescado congelado que conviene aclarar:
"Pierde su valor nutricional" → Falso. El pescado congelado conserva sus nutrientes igual o mejor que el fresco.
"No sabe igual que el fresco" → Falso. Con una buena cocción, mantiene su textura y sabor sin diferencias notables.
Para mantener la calidad del pescado congelado, es importante descongelarlo de la manera adecuada:
El pescado congelado es una opción saludable, accesible y segura que nos permite disfrutar de los beneficios del mar sin preocupaciones. Gracias a la ultracongelación el pescado mantiene su sabor y nutrientes, asegurando una alimentación equilibrada. Además, contribuye a reducir el desperdicio alimentario y ofrece una alternativa económica sin sacrificar calidad.
Si aún tienes dudas, anímate a incluirlo en tu menú: con una buena descongelación y preparación, el pescado congelado puede sorprenderte gratamente.