Anna Recetas Fáciles o cómo pasar de un hobbie a 16 millones de seguidores: "Nunca pensé que esto podía ser una profesión"
Anna Teres, la creadora de Anna Recetas Fáciles, ha conseguido acumular más de 16 millones de seguidores entre todos sus canales
Su historia comenzó con un blog de cocina y manualidades, y este fin de semana recibe un premio en el festival Santander Foodie
El pizzero autodidacta que dejó su trabajo en la radio para buscar la mejor pizza del mundo con ingredientes raros
“La cocina empezó siendo una necesidad, no una pasión”, confiesa Anna Teres, la creadora detrás de Anna Recetas Fáciles, que suma millones de seguidores a través de las redes sociales. Para ella, cocinar no era más que una forma de sobrevivir cuando, con 17 años, dejó su pequeño pueblo para estudiar en otra ciudad. Sin la comodidad de los platos caseros de su madre, empezó a experimentar: “Nunca te sale como lo hace tu madre, pero se intenta. Y con el tiempo, te das cuenta de que te gusta”.
Aquellos días de experimentación sin pretensiones fueron el germen de algo mucho más grande. Años después, Anna se ha convertido en una referencia en las redes sociales, con una comunidad que supera los 16 millones de seguidores repartidos entre Facebook, Instagram, YouTube, TikTok y su blog personal. Su éxito es tal que durante el fin de semana recibirá el Premio SantanderFoodie Bocarte de Plata a su trayectoria, e incluso dará una charla hablando del camino recorrido, pero su camino hasta aquí no fue sencillo ni planeado.
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Cuando las manualidades dejaron paso a los fogones
Al principio, la cocina ni siquiera era su actividad favorita. “Yo era más de manualidades”, explica. De hecho, su blog comenzó como un espacio para combinar ambas aficiones. Sin embargo, la cocina pronto ganó protagonismo, impulsada por su amor por los pequeños logros: “Nunca pensé que con esto uno se podía ganar la vida, pero un día subí un vídeo de un bizcocho, y aunque es terrible, lo dejé porque me recuerda de dónde vengo. Ahora lleva más de medio millón de reproducciones”.
Esa viralización temprana no fue casualidad, sino fruto de una combinación de curiosidad y aprendizaje constante. Anna tuvo que familiarizarse con conceptos técnicos que le eran completamente ajenos, como el SEO o el manejo de redes sociales. “No sabía ni cómo buscar un enlace en internet”, recuerda entre risas. Pero lo que empezó como una afición fue tomando forma gracias a su perseverancia y al apoyo de su marido, quien se convirtió en su soporte técnico.
La importancia de las pequeñas cosas
“A veces, una receta tan sencilla como unos buñuelos de viento puede cambiarlo todo”, asegura Anna. Su pasión por las recetas tradicionales es evidente. Los buñuelos, las galletas de mantequilla o el pollo empanado no solo son favoritos en su hogar, sino también pilares en su contenido. “Lo bonito de estas recetas es que son asequibles, rápidas y perfectas para cualquier ocasión”.
Ese enfoque en lo práctico y lo cercano ha sido clave en su éxito. Sus seguidores la aprecian por ofrecer platos reales y accesibles, alejados de las complicaciones técnicas que pueden intimidar a los novatos. “Yo cocino para alimentar a mi familia, no para impresionar a un chef”, explica. Y en esa sencillez, radica gran parte de su atractivo.
Crisis, pánico escénico y síndrome del impostor
Sin embargo, la vida como creadora de contenido no siempre es sencilla. Anna se ha enfrentado a momentos de duda y cansancio: “A veces me entra el pánico escénico. Saber que lo que publico lo verán miles o millones de personas impone”. También ha lidiado con el síndrome del impostor: “Pienso, ¿cómo puede alguien admirar a alguien que solo hace un guiso de patatas?”.
Pero con el tiempo, ha aprendido a gestionar estas emociones. “Hay días en los que una sola crítica te hace cuestionarlo todo, pero entonces leo los mensajes de agradecimiento y recuerdo por qué hago esto”.
El futuro de la cocina digital
A pesar de su éxito, Anna no da nada por sentado. “Sé que las redes sociales no son eternas. Instagram puede desaparecer, YouTube puede dejar de generar ingresos… Por eso intento disfrutar del momento sin obsesionarme con el futuro”. Sin embargo, su espíritu curioso no deja de plantear posibilidades. Con la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial, Anna ve oportunidades para llegar a nuevas audiencias: “Imagina que tus vídeos se doblen a otros idiomas con tu propia voz. Eso me parece increíble”.
Para ella, el secreto del éxito radica en la autenticidad y la dedicación. “No se trata solo de cocinar, sino de transmitir algo real. Analizo mucho por qué algo funciona o no, pero nunca busco viralidad a cualquier precio”.
Trucos para aprendices de cocinero
Cuando se le pregunta qué consejos daría a quienes aspiran a seguir sus pasos, Anna lo tiene claro:
- Asegúrate de que lo que haces te salga bien: “Si no sabes cómo hacer algo, apréndelo antes de enseñarlo. Ensaya las veces que haga falta hasta que tengas claro el resultado que quieres mostrar”.
- Cuida la calidad visual: “Un trípode y una cámara decente pueden marcar la diferencia. Imagina cómo se verá desde un móvil o un ordenador y asegúrate de que la imagen sea nítida y clara”.
- Sé crítico contigo mismo: “Analiza qué funciona y qué no, tanto en tu contenido como en el de los demás. Y no tengas miedo de admitir cuando algo no ha salido bien”.
¿Y si esto solo es el principio?
Mirando hacia atrás, Anna se siente orgullosa del camino recorrido. Pero también se permite soñar con lo que está por venir. “A veces pienso, ¿y si solo estamos al principio? No sé hasta dónde puede llegar esto, pero mientras siga disfrutando, seguiré aquí”.
Y con millones de personas esperando ansiosas su próxima receta, parece que su historia está todavía lejos de terminar.
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