“1, 2, 3... Splash” es una de las películas americanas que más jóvenes de los años 80 han visto, llegando a convertirse en una de las más taquilleras de 1984 y que consiguió un Premio Óscar a Mejor Guion Original. 

El film comienza en 1959, cuando un niño cae al agua desde un barco y es rescatado por una pequeña sirena. Veinticinco años después, cuando Madison, la actriz Daryl Hannah, sale a la superficie en busca de su amor y consigue reencontrarse con él, Allen (interpretado por Tom Hanks) se enamora sin saber quién es ella en realidad: por temor, la sirena esconde su secreto hasta que un científico obsesionado la descubre. Una comedia romántica difícil de olvidar, no solo por su argumento, también por sus laureados actores. 

Daryl Hannah tuvo siempre muy clara su vocación por la interpretación, pues de adolescente, sumida en el insomnio, empezó a aficionarse al cine clásico. Cuando terminó el instituto, se mudó a Los Ángeles, donde el hermano del marido de su madre, Haskell Wexler, director de fotografía de “Alguien voló sobre el nido del cuco” y “¿Quién teme a Virginia Woolf?”, le ayudó a conseguir sus primeros papeles. Su escultural cuerpo, su altura y su melena rubia, fue sin duda, una buena carta de presentación para agentes y productores. Uno de sus primeros papeles fue como sirena, no obstante, también la hemos podido ver en “Kill Bill”, “Blade Runner” o “Magnolias de Acero”. Hoy en día la actriz está retirada en lo que a la interpretación se refiere, pues sigue en el mundo del cine como directora. A mediados de abril de este año se espera que vea la luz “Coastal: The Soundtrack”, un documental de la grabación del vivo de la última gira de Neil Young, dirigida por Daryl Hannah. 

La actriz también ha copado las portadas de la prensa rosa, pues fue novia de John F. Kennedy Jr, mantuvieron una relación de seis años, y en aquella época las malas lenguas aseguraban que Jackie, la madre de John, no aprobaba la relación y que incluso hizo todo lo posible para que terminara. Finalmente, la aparición en escena de Carolyn Bessette hizo que la pareja diera por finalizada su relación. 

Sus relaciones han sido muy sonadas, estuvo con el cantautor Jackson Browne, el actor Val Kilmer, el mago David Blaine y el pianista Rami Jaffee. Solo ha habido un hombre que le ha robado el corazón hasta pasar por el altar, ese es el cantante Neil Young, con quien se casó en 2018. La pareja se conoció en 2014 grabando un documental junto a Greenpeace, pues ambos luchan por la defensa del planeta. Se casaron en Atascadero, California, en las costas de las islas San Juan a bordo de un barco. 

La actriz ha pasado por la cárcel en varias ocasiones, en 2006, por encadenarse a un nogal en defensa de una granja orgánica en el sur de Los Ángeles, tres años después por protestar contra la explotación de la cima de los Apalaches para extraer carbón, y en 2011, por manifestarse frente a la Casa Blanca contra la construcción del oleoducto Keystone XL. “A nadie le gusta ir a prisión”, declaró a ‘El País’ en 2012, “ni que le esposen, pero a veces es necesario para lanzar un mensaje”. 

La pareja vive en una granja en Colorado y los dos se dedican al activismo en favor del medio ambiente. “Se abastece gracias a sus propias fuentes de agua y electricidad. Sus casas funcionan con paneles solares, sus váteres son de compost y sus coches utilizan como combustible el aceite sobrante de restaurantes de comida rápida. Cultiva sus propios alimentos y vende el excedente en un mercado de agricultores; cría abejas, teje y cuida de cuanto animal abandonado acaba en su granja: vacas, caballos, alpacas, gallinas, perros, gatos… que muestra orgullosa en sus redes sociales, más propias de la dueña de un santuario animal que de una estrella”, aseguran desde el ‘El País’.