Dani Alves, que estuvo 405 días en prisión acusado de agresión sexual, llevaba justo un año en libertad provisional tras pagar una fianza de un millón de euros. Este sábado, con todo el revuelo causado por su absolución judicial, ha llegado a su casa en Barcelona conduciendo uno de sus vehículos y sin querer hablar con los medios de comunicación, según informa Paula Pérez.

Horas antes, en la mañana del sábado, se oía en las inmediaciones música a todo volumen procedente de la casa del exjugador que estaría celebrando la noticia de su absolución tras meses de incertidumbre.

Al quedar sin medidas cautelares, y una vez recuperado su pasaporte, el exfutbolista brasileño podría viajar a su país en próximas fechas. La nueva sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha decepcionado a la víctima, cuya abogada ya ha anunciado que recurrirá al Supremo.

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