Este pasado jueves 27 de marzo, Reino Unido recibía una noticia que hacía saltar todas las alarmas: el rey Carlos III era ingresado en la London Clinic por efectos secundarios temporales derivados de su tratamiento contra el cáncer.

Aunque el monarca ya ha regresado a su residencia, Clarence House, y aparentemente se encuentra en mejor estado, ha decidido posponer algunos compromisos públicos como medida de precaución.

Fue hace más de un año, en febrero de 2024, cuando el Palacio de Buckingham anunció que el soberano británico había sido diagnosticado de un tipo de cáncer durante una intervención por un agrandamiento de próstata. Aunque no se especificó la naturaleza exacta de la enfermedad, se informó que el monarca había iniciado un programa de tratamientos regulares y que su agenda de compromisos públicos podría verse reducida.

A lo largo de este complicado año para los Windsor -la princesa Kate Middleton también fue diagnosticada de cáncer, que ahora se encuentra en remisión-, Carlos III ha demostrado una gran resiliencia, retomando gradualmente sus funciones oficiales y participando en la mayoría de actos posibles. Su salud ha seguido siendo motivo de preocupación y atención constante, y ahora, tras su hospitalización, vuelve a serlo.

El tratamiento que sigue el rey ha sido una de las grandes incógnitas de su enfermedad. Pese a que no ha habido confirmación oficial por parte de Buckingham, algunos tabloides británicos se han lanzado a hablar sobre ello.

Según ha informado el diario británico 'The Mirror', el rey está recibiendo un tratamiento contra el cáncer descrito como "pionero, altamente especializado y menos invasivo". "El tratamiento del cáncer ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años y es más inteligente que antes. Por lo tanto, la eficacia y los efectos secundarios han mejorado significativamente", explicó una fuente al tabloide.

Este tratamiento se administra semanalmente en un hospital de Londres, tras el cual el monarca regresa a la residencia de Sandringham para su recuperación, acompañado por la reina Camilla.

Por su parte, la antigua corresponsal real de la BBC Jennie Bond ha asegurado al citado medio que "un año entero de tratamiento sin duda debe haberle pasado factura".

Además, el exjefe de prensa de Buckingham, Dickie Arbiter, nos confesó a la web de Informativos Telecinco que, con su tratamiento contra el cáncer, su equipo médico le recalcó que iba a tener un almuerzo al mediodía y que debía descansar, "algo que nunca ha tenido porque no le gusta la idea de tener un descanso", nos aseveró. Cabe recordar que en más de una ocasión se le ha acusado a Carlos III de ser un adicto al trabajo, un 'workalcoholic', por trabajar hasta altas horas de la mañana, empezar temprano e incluso quedarse dormido en su escritorio.

'The Times' también ha apuntado que el padre del príncipe Guillermo ha mostrado interés en tratamientos alternativos, incluyendo la ayurveda, una práctica medicinal tradicional de la India. En una visita al Soukya International Holistic Health Centre en Bangalore, Carlos III y su esposa participaron en terapias destinadas a rejuvenecer, desintoxicar y fortalecer el sistema inmunológico.

El biógrafo real Tom Bower ha señalado que el monarca es un firme defensor de la medicina alternativa y que podría ser reacio a someterse a quimioterapia, prefiriendo en su lugar el uso de "hierbas naturales".

A pesar de su posible inclinación hacia la medicina alternativa, no hay confirmación oficial de que el rey haya rechazado la quimioterapia u otros tratamientos convencionales. Buckingham ha mantenido discreción sobre los detalles específicos de su régimen terapéutico, limitándose a informar que el monarca está recibiendo atención médica continua y que su salud está evolucionando positivamente.

Más allá de su tratamiento personal, el hijo de la difunta reina Isabel II ha demostrado su total compromiso con la investigación oncológica y el apoyo a pacientes. Durante una visita al departamento de Farmacia y Farmacología de la Universidad de Ulster, el rey elogió los avances en tratamientos contra el cáncer y compartió palabras de aliento con pacientes, instándolos a "seguir adelante" en su lucha contra la enfermedad. "¿Cuál es esa frase de Winston Churchill? Sigue adelante sin rendirte", les aconsejó.

También se ha convertido en todo una fuente de inspiración en Reino Unido. "Que el rey desvelara su enfermedad sin duda fue un bien al Servicio Nacional de Salud, donde habían tenido quizás unas 100 consultas al día y pasaron a tener más de 1.800 consultas. Así que fue un buen movimiento por su parte", nos confesó Arbiter.

A pesar de los desafíos de salud, el rey Carlos III mantiene su compromiso con sus deberes reales. Se espera que continúe con su tratamiento los próximos meses del 2025, y aunque algunos eventos han sido pospuestos, otros permanecen en la agenda, sujetos a su evolución médica.

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