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Paola Olmedo, exnuera de Carmen Borrego, ha mostrado su nueva cara tras someterse a una operación estética extrema para la reconstrucción de su mandíbula. Tal como se avanzaba desde el programa 'Tardear' el resultado de esta compleja cirugía tras la se entienden sus primeras palabras en las que la ex de José María Almoguera reconocía sentir rechazo y que su propia madre ni la reconociera.
La esteticista ha reaparecido en las páginas de la revista 'Lecturas' tras su intervención de más de seis horas. Un paso que le costó dar, tal como aseguraba, pero que decidió hacer por motivo de salud. Llevaba toda la vida arrastrando dolencia que le afectaba a la audición. Con el tiempo podía haberse quedado sorda. Eso fue el motivo determinante que le llevó a dar este paso que ahora ha mostrado.
Tras verse ella misma, la propia Paola Olmedo es la primera sorprendida. "Te miras todo, cada detalle. En fotos no me reconozco, es más raro todavía. Han tenido que retocarme todo. El cirujano me comenta que la nariz quedaba rara y me la han tenido que tocar también. Lo de la nariz no me lo esperaba. No me esperaba tanto cambio, es muy brusco. No hay marcha atrás", ha confesado en esta entrevista en la que por primera vez muestra su nuevo rostro.
Según comenta y tras el evidente cambio, se entiende que su proceso de recuperación esté siendo muy lento. La suya ha sido una operación muy compleja. Paola Olmedo ha estado un mes en el que no ha podido abrir la boca y hasta su alimentación la ha tenido que alterar. Lo ha hecho "con una jeringuilla a base de purés, papillas y muchas proteínas". Sin embargo, lo que confiesa que llevó peor fue "no poder dar un beso" a sus seres queridos.
La ex de José María Almoguera ha pasado por un operación muy delicada. En ella han tenido que intervenir y salvar muchas terminaciones nerviosas, tal como ha relatado en su entrevista a la revista 'Lecturas'. "Por lo mínimo podía tener un problema de parálisis. Podía haber rechazado las placas de titanio que me han puesto. Creo que llevo unos tornillos también", ha confesado acerca de cómo llevó el proceso previo, cómo controló sus miedos ante la operación y cómo está viviendo este duro postoperatorio.
El que era su posado más esperado se ha producido finalmente tras pasar por un duro trance en el que la propia Paola Olmedo le ha costado aceptar tras haber cambiado radicalmente su rostro. No ha sido fácil y todavía presenta secuelas. La esteticista ha confesado que tiene partes paralizadas y que está pasando mucho dolor. "He perdido dos kilos", ha explicado acerca de cómo está llevando la rehabilitación, aunque sabe que todo este esfuerzo valdrá la pena cuando pase el tiempo prudencial que le han dicho los médicos.
