Hace más de un año que Carla Barber decidió confiar en una conocida inmobiliaria de lujo para tratar de vender su palacete de La Florida en Madrid tras haber proferido numerosas quejas contra la propiedad en sus stories de Instagram. El anuncio sigue en la página web de dicha empresa, pero la exconcursante de 'Supervivientes' niega que quiera vender su casa y, de hecho, ha confesado que tuvo un comprador pero que se echó atrás porque quiere conservar la mansión.
"Vamos a acabar con las especulaciones, que es una de las preguntas más preguntadas", ha comenzado diciendo la dueña de las Clínicas Barber en sus stories de Instagram, demostrando que sabe que este tema le causa mucho interés a sus seguidores, ya que se ha comentado en programas de televisión que su casa es muy cara de mantener y que no habría conseguido ningún comprador por sus inconvenientes - ella misma dijo que no tenía aire acondicionado y que el verano se había muy duro entre sus muros - pese a que le rebajó sustancialmente el precio - en la web se anuncia ahora por 5.900.000 euros.
"No he vendido mi palacete porque no he querido, me arrepentí al ver lo que vi en el centro de Madrid y, además, amo mi casa. Cada día disfrutamos más de ella", han sido las explicaciones que ha dado la amiga de Violeta Mangriñán, que ha querido subrayar que la razón por la que un día quiso vender su palacete del siglo XIX fue que deseaba comprarse un piso en el centro; aunque lo cierto es que cuando puso a la venta esta mansión ya contaba con un piso en propiedad en el barrio de Justicia, uno de los más exclusivos de la capital.
Ella misma ha hecho referencia a este piso al recordar que hace unas semanas lo vendió y que, con ese dinero y "otra parte conseguida trabajando mucho" se ha comprado un local de más de 2.000 metros cuadrados en Almagro para montar otro centro de belleza.
Aunque ha dicho que no vendió el palacete porque no le convencían los pisos que veía en venta en el centro de Madrid, luego ha revelado que sí que llegó a establecer un acuerdo con un comprador para venderlo. "Me daban el dinero que pedía, pero el día de la firma no firmé", ha comentado la influencer, que parece que ese día recordó que no había visto mejores opciones para comprar en el centro.