Hollywood está repleto de leyendas urbanas sobre los caprichos de sus actores y actrices. Cuanto más grande es la estrella, más grandes son los rumores. Desde que Julia Roberts pide bañarse siempre con agua mineral a que Mariah Carey se lleva sus propios muebles a cada hotel al que va. Incluso que Marlon Brando usaba su Oscar como tope para la puerta principal de su mansión. Cada rumor, cada historia, agranda las leyendas de estos intérpretes, pero también puede irles en contra, como ocurrió con Michael Jackson, del que afirmaban que dormía en una cámara de oxígeno para vivir más, o que había comprado los huesos del hombre elefante. Pero también hay un nivel más normal de estrellas, que pese a contar con algunas excentricidades curiosas, no llega a afectar del todo a su imagen.
Y en esta lista es donde encontramos a la gran Nicole Kidman. La australiana (aunque afirmó en un late night hace tiempo que, técnicamente, ha nacido en Hawaii y su nombre real es Hokulani) tiene una carrera que ya abarca más de tres décadas, y no muestra signos de agotamiento. Sigue siendo una estrella, y muestra de ello es su última película, ‘Babygirl’, donde mantiene una extraña relación con Harris Dickinson, treinta años más joven que ella, y que ya es un éxito en la taquilla norteamericana. Pero Kidman siempre se las ha ingeniado también para aparecer continuamente en los titulares.
Por supuesto, su primer gran titular fue por su matrimonio con Tom Cruise y, sobre todo, por su separación. Su imagen en la calle, con los ojos cerrados, los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja tras romper con el actor es un meme recurrente. Aunque como siempre, la leyenda es más interesante que la realidad. “Eso era de una película, no de la vida real”, explicó recientemente para GQ. Al igual que su extraña manera de aplaudir en los Oscar de 2017, otro meme grandioso, y que echó por tierra al afirmar que si aplaudía así era porque tenía miedo de romper un enorme anillo que le habían prestado. “Siempre hay algo detrás de las imágenes”.
Pero lo que no ha desmentido nunca, es una de sus mayores excentricidades, y es que tiene un pánico terrible a las mariposas: lepidopterofobia. “A veces, cuando volvía del colegio, solía encontrarme con la mariposa o la polilla más grande que hayas visto justo sobre la reja de entrada”, explicó la actriz en una entrevista a comienzos de los 2000. “Podía trepar por la parte trasera, gatear al costado de la casa, cualquier cosa con tal de evitar el encuentro con el insecto”.
Y aunque no es una fobia muy común, ha afectado la vida de Nicole Kidman, que hasta trató de superarlo, pero sin ningún resultado. “Fui al Museo de Historia Natural pero tampoco funcionó. He saltado de aviones, podría estar cubierta de cucarachas. He hecho de todo, pero no me gusta sentir los cuerpos de las mariposas”.
Aunque no es la única excentricidad de la actriz australiana-hawaiana. Con una infancia en Australia, donde el sol es increíblemente potente, la joven Nicole Kidman desarrolló un pánico total a recibir rayos solares debido a su piel tan blanca. “A medida que crecí, empezó a gustarme tener la piel más clara porque era distinta. Creo que abrazar lo que te hace diferente es importante”, explicó en una entrevista durante la promoción de su serie ‘The Undoing’. “No creo que el sol sea malo, creo que es bueno; es vitamina D. El problema es la cantidad a la uno se expone. Hay que protegerse, tal como lo hacemos con todas las cosas médicas”.
Pese a sus protecciones, confesó recientemente que tuvo un principio de cáncer de piel al exponer sus piernas al sol. Y, de hecho, durante el rodaje de la película ‘Sígueme el rollo’, la actriz lo pasó muy mal tratando de esconderse del sol, ya que se rodó en Maui. Así lo reveló uno de los trabajadores de la película. “Nicole no se broncea, no toma el sol, y trabajar bajo el intenso sol de Hawaii fue todo un reto para ella. Suplicó al director que la tuviera apartada del sol todo lo posible”. Y es que al final del día, su piel blanquecina se ha convertido en su imagen a lo largo de los años. Una exposición muy intensa al sol no solo podría provocarle problemas de salud, sino que además la cambiaría por completo de cara al público.
No deja de ser curioso que, tras haber estado casada con Tom Cruise, una de las celebrities con más excentricidades de todo Hollywood, Nicole no haya desarrollado muchas más manías. Y, aunque seguramente tendrá exigencias en los rodajes, por ahora no han trascendido a los medios. Salvo que ella misma hable de ellas. De hecho, en su última película, ‘Babygirl’, sí que pidió detener el rodaje, pero no porque no tuviera agua mineral o un wc de oro puro… sino por el alto contenido sexual de la cinta. “Hubo partes del rodaje en los que estaba pensando: ‘ya no quiero tener más orgasmos’. Fue un agotamiento. No quería que se me acercaran. Estaba que me daba igual si no volvían a tocarme en mi vida”. No todas las estrellas de Hollywood pueden decir que, una de sus excentricidades sea no querer tener más orgasmos…
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