El pasado 29 de diciembre, una fecha vacacional que muchos ciudadanos aprovechan para viajar y divertirse, se cumplieron once años desde que Michael Schumacher sufriera un fatídico accidente esquiando en Los Alpes. El experimentado piloto, que en la cúspide de su carrera ganó siete veces el campeonato de Fórmula 1, perdió el control en una pista aparentemente sencilla, con la mala suerte de que, tras la caída, se golpeó en la cabeza con una roca, según la versión oficial.

Otras voces añaden que, además, se clavó en el cráneo la cámara que llevaba incorporada en el casco que formaba parte de su indumentaria y esto habría sido su mayor sentencia. El hecho es que, ese mismo día del año 2013, el expiloto alemán fue trasladado al Hospital Universitario Grenoble-Alpes, donde los médicos comunicaron que tenía un traumatismo cranoencefálico de gravedad y que había sido sometido a una doble operación quirúrgica de urgencia. Schumacher fue inducido a un coma del que salió y, posteriormente, fue trasladado a una clínica de rehabilitación en Lausana, Suiza, según informó entonces la agencia Europa Press.

En septiembre del 2014, su familia decidió llevarle a su tranquila casa de Gland, a orillas del Lago Lemán, donde comenzó un prologando silencio sobre su verdadero estado de salud. El último parte médico se dio en 2019, año en el que también fue ingresado en un hospital de París para recibir un "tratamiento secreto" basado en células madre.

Tanto hermetismo dejó desconcertados a sus miles de fans, pues el heptacameón de F1 (e imagen de Marlboro) había levantado pasiones entre los amantes de las carreras. Sin embargo, su familia mantuvo su intención de proteger al máximo su reputación, alegando que mantendrían "en privado un cuestión tan delicada" como la enfermedad derivada del accidente. Solo su hermano declaró con tristeza que "Michael ya no era como antes", a pesar de los "avances" que el Kaiser había hecho "gracias a la medicina".

Nada se ha sabido desde entonces del corredor, hasta el momento en el que su hija, Gina-Maria Schumacher comenzó a tener relevancia pública. En el mes de octubre de este mismo 2024, celebró su boda con Ian Bethke y, recientemente, ha comunicado en su cuenta de Instagram de que ambos van a ser padres de una niña. Al anunciarse la celebración de la boda, todas las miradas se pusieron en la presencia o ausencia del padre de la novia en el enlace, de la que no ha habido ninguna confirmación absoluta. Sin embargo, diarios como Mirror comenzaron a recoger declaraciones sobre personas que aseguraban conocer su condición, como Elisabetta Gregoraci, exesposa del exjefe de la F1 Flavio Briatore, quien dijo:

"Michael no habla, se comunica con los ojos. Sólo tres personas pueden visitarlo y yo sé quiénes son. Se mudaron a España y su esposa ha instalado un hospital en esa casa", habría asegurado. Un diagnóstico que coincidiría con la opinión que el cirujano Jussi Post dio sobre el daño cerebral del Kaiser: "Es posible que nadie además de su familia pueda estimular al paciente lo suficiente para que pueda comunicarse de manera significativa".

Sobre este tipo de traumatismos, la Clínica Mayo añade que "el daño generalizado al cerebro puede producir un estado vegetativo. Aunque la persona esté inconsciente del entorno, es posible que solamente abra los ojos, emita sonidos, responda a los reflejos o se mueva ligeramente", informan, sin que nadie haya aclarado en qué estado se encuentra exactamente el expiloto. Quienes le quieren y le conocen esperan que sean verdad los rumores - que no las falsas entrevistas hechas por la IA - sobre que es capaz de "sentarse a la mesa a cenar" e, incluso, que ha vuelto a sentarse en un coche de carreras. Pero, por el momento, son solo eso: rumores.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.