Este lunes, Casa Real ha publicado el 'christmas' de la familia real española. Una felicitación que no ha pasado desapercibida. Y es que llama la atención especialmente la instantánea que los reyes Felipe y Letizia han elegido para felicitar la Navidad, exenta de los atributos propios de estas fechas con la flor de pascua y las alegorías religiosas. Esto es una muestra evidente de la evolución que desea marcar el equipo asesor de la Corona para la sobriedad que se pretende tras la tragedia de la DANA que azotó la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre.
Se trata de un retrato entrañable, sencillo y familiar que nos transporta a una imagen de cualquier familia española. Esa primera clave de sencillez, y hasta podríamos decir de naturalidad, con un foco de cámara que se despega de los límites de la fotografía, queda personalizado por la forma de disparar del cámara, para dar la sensación de una foto casi sin preparar. Es el mejor efecto para conseguir captar la atención de quien ve una familia como todas, sin la magnificencia de los retratos anteriores de Annie Leibovitz, que han sido criticados desde algún sector de la sociedad española.
Un fondo con tapiz y zócalo de madera, al lado de la puerta de la sala de acceso a la estancia, con una iluminación muy neutra, con algún destello cenital desde el techo de la habitación, quiere dar la sensación de luz natural a las personas y a las cosas que sirven de fondo.
Si ya vimos en las fotos de hace meses en los jardines del Palacio Real que las manos prestaban especial juego a la simbología del afecto y contacto físico de los cuatro miembros, es en esta ocasión, en la foto de esta tarjeta navideña, donde las manos son el eslabón cerrado de una cadena difícil de soltar. Hay conexión, unión y afán de protección de los Reyes hacia la princesa Leonor y la infanta Sofía.
En el repaso visual por la izquierda, Felipe sujeta con su mano izquierda el brazo de Sofía con cierta energía, que se aprecia en la posición de los dedos índice, corazón y anular. Especialmente el dedo corazón, que presiona con más fuerza que el resto el ángulo de flexión del brazo de Sofía, en la parte central.
Mostrar las manos, sin ocultarlas de manera natural ni esconderlas, es muestra de seguridad en la situación y el momento en que el fotógrafo captó la instantánea inédita, tomada tras el relevo de la Guardia Real con motivo del X Aniversario de la Proclamación del Rey. Las manos de todos los miembros están a la vista, aunque en menor medida, por la posición en el retrato, de Leonor, que deja asomar levemente los dedos de su mano izquierda.
La mas relajada en la foto es Sofía, que descuelga sus brazos en posición muy recta, y además es la que tiene una sonrisa más comedida junto a su hermana, en contraste a la sonrisa abierta de Felipe y Letizia.
En las posiciones de cuerpo destaca especialmente como Su Majestad está colocado detrás de su hija para dar importancia a la figura de ella, y la reina en perfecta armonía y conjunción con Leonor. Los cuatro se encuentran alineados en el punto de observación de la cámara con el testigo del objetivo en plano central.
Este conjunto fotográfico forma parte de una felicitación entrañable con textos alusivos a la trágica situación vivida por los españoles tras la riada, y sirve como homenaje a los fallecidos y sus familias, cuyo autor Francisco Brines, Premio Cervantes, alude a la vida y a la muerte. Como colofón, la firma manuscrita de los cuatro miembros con el texto de felicitación en español e inglés.
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