Jorge Javier Vázquez se encuentra a diario con familias en las que sus miembros no se dirigen la palabra. Familias con desavenencias y problemas en las que él interviene como mediador o asiste de espectador en reconciliaciones. El presentador de 'Gran Hermano' sabe del peso que representan los lazos sanguíneos y se le llena la boca cada vez que menta a su madre y se emociona al recordar a su padre. Ahora, el de Badalona ha hablado por primera vez de la relación que tiene con su sobrino. Un desconocido para todos hasta ahora.
El presentador de 'El Diario de Jorge' está muy unido a los suyos, especialmente, a su madre María Morales, a la que cariñosamente la llama 'La Mari'. Sin embargo, no es la única que resulta el ojito derecho del comunicador. También tiene mucho feeling con uno de sus sobrinos al que no nombra mucho, aunque ahora haya hecho una excepción y a él le haya dedicado su columna en la que escribe en la revista 'Lecturas'.
Sin decir su nombre porque a él le da vértigo todo lo que tiene que ver con el mundo de los famosos y de la televisión, sí que ha querido contar qué tipo de relación tienen a raíz de su llegada a España para pasar junto a su familia las fiestas de Navidad. El joven, de 36 años, vive en Bruselas y, aunque su personalidad y la de él no pueden ser más distintas, juntos se han recorrido medio mundo.
"Le aterra que su anonimato se vea alterado", ha expresado acerca de lo que su sobrino le dice cada vez que Jorge Javier Vázquez le pide una fotografía junto a él o incluso para ilustrar ese mismo artículo de su blog en el que le ha dado total protagonismo. Con nostalgia, el presentador de Telecinco ha recordado el "viaje iniciático" que hicieron hace años a Tailandia. Un verano en el que el joven acababa de cumplir los 18 años y él no tenía plan. Una experiencia que suponía "una dosis de peligro" y una convivencia incierta. "Éramos dos extraños porque habíamos pasado muy poco tiempo juntos", reconoce.
A partir de esa iniciativa, algo cambió entre ellos y la que había sido una relación "intermitente" hasta la fecha se hizo más estrecha por aquel viaje de tío y sobrino que vivieron. "Recorrimos el país durante un mes, diseñando el viaje a nuestro antojo, conociéndonos un poco más. No voy a profundizar mucho, pero él vivió en Tailandia una experiencia preciosa", ha recordado ahora.
Y, especialmente guarda en su memoria, cómo fue la despedida en el aeropuerto de Bangkok. De la promesa que se quedó en el aire de que volverían juntos para ver los templos de Angkor en Camboya y de cómo él lo veía improbable, pero no le dijo nada para que no se perdiera esa ilusión. "Sabía que era bastante probable que ese viaje jamás se llegara a producir. No quise convertirme en un chungo aguafiestas".
Por lo que él mismo dice, su relación es ahora estrecha y tienen una complicidad que les hace hacerse bromas con mucha libertad. "Ayer hubo 'guarreo' que te veo", indica que le dijo a su llegada a Barcelona preguntando si ha visto las luces de Navidad.