Los duros episodios que Gianmarco Onestini vivió en su infancia: "Es una cicatriz que sigue abierta"

A Gianmarco Onestini lo conocimos en el año 2019, cuando participó en la séptima edición de ‘GH VIP’ y se enamoró de Adara Molinero, con la que tuvo una relación sentimental que dio muchísimo de qué hablar.

Sin embargo, no todo el mundo sabe que el italiano que ocupó el hueco de Hugo Sierra en el corazón de la reina del ‘madre mía’ vivió una infancia de lo más dura y tuvo que enfrentarse a episodios de lo más traumáticos.

Unas escenas que marcaron su vida y que él mismo relató en el programa ‘Sábado Deluxe’ al poco de salir de la casa de Guadalix de la Sierra. Damos un salto al pasado para recordar qué fue lo que vivió de niño.

La dura infancia de Gianmarco Onestini

Al poco de acabar ‘GH VIP 7’, el italiano que protagonizó uno de los triángulos amorosos más potentes de la historia de los realities se sentó en el programa ‘Sábado Deluxe’ y se sometió a un ‘poli’ en el que quedó al descubierto la verdad de su vida.

De él sabíamos que era todo un seductor y que siempre iba con su sonrisa por bandera. Sin embargo, tras su eterno gesto de alegría se escondía una dura historia que había marcado su vida desde niño.

Gianmarco Onestini explicó que de pequeño tenía algo de sobrepeso y que sus compañeros se metían a diario con él. Las burlas eran constantes y tuvo lugar un episodio que hizo que todo ese sufrimiento que sentía se magnificara.

“La profesora me hizo acercarme un día a su mesa y quitarme la camiseta para mostrar la diferencia entre los distintos pesos. Cuando me la quité, todos se rieron y yo lloré muchísimo, fue un shock para mí”, explicó.

Pero eso no fue todo. Siendo pequeño, también vivió una situación con unos compañeros que le provocó un tremendo malestar: “Un chico me había meado en los zapatos, yo se lo dije y él me dio una bofetada en la cara”, explicó el ex de Adara Molinero.

Era la primera vez que se habría tanto a la audiencia y explicó que era algo que no solía contarle a la gente porque todavía le afectaba: “No es algo que me guste contar porque es una cicatriz que sigue abierta”, apuntó.