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La tortuosa vida de Maite Galdeano: abusos infantiles, malos tratos y enfermedades crónicas

  • Su padre no le dio una infancia feliz y huyó de casa a los 16 años

  • El padre de Sofía Suescun le maltrataba física y psicológicamente y acabó en un piso tutelado

  • Padece cáncer, artritis, fibromialgia, hernias, cefalea y gastritis crónica

Maite Galdeano no ha tenido una vida sencilla. Detrás de esa imagen alocada que ha mostrado durante años en televisión o del comportamiento algo errático que ha tenido durante las últimas semanas, la madre de Sofía y Cristian Suescun esconde una vida tremendamente complicada. Esta es su biografía.

La próxima invitada de ‘De Viernes’ nació hace 55 años en Pamplona, concretamente el 22 de abril de 1969. Vino al mundo en el seno de una familia humilde y desestructurada. No recibió el amor que merece una niña por parte de su padre y eso le ha generado un importante trauma. “De mi infancia no quiero hablar. Mi padre siempre ha sido muy duro. Tenía cosas malísimas, pero también buenísimas, como la energía que he heredado”, se limita a comentar.

Se quedó embarazada de Cristian con solo 16 años

Para huir del infierno doméstico que su padre había creado, Maite no vio más alternativa que quedarse embarazada. Pero salió de Málaga para meterse en Malagón: Con solo 14 años empezó a salir con Carlos Suescun y dos años después se quedó embarazada de su hijo Cristian. “Yo iba al instituto y conocí a quién no tenía que haber conocido. Me quedé embarazada muy joven y a los cinco meses me casé. Llevé una vida llena de maltrato, de tristeza, de mucho sufrimiento. Todo lo que ganaba, que era bastante capital, se lo gastaba el en bingos, en casinos… De lo peor...”, relató durante su paso por ‘Pesadilla en el Paraíso’.

“Era cinco años mayor que yo y me dejaba llevar por él en todo. Hasta que se convirtió en el dictador de la casa. Las cosas empezaron a ir muy mal, él bebía alcohol y llegaba a casa borracho. Hasta que un día me pegó. A partir de ahí, me apaleaba. Empezó por un puñetazo y terminó por una paliza que casi me mata”, relató en una entrevista.

Cuando nació Sofía la situación se recrudeció aún más: “No solo me agredió físicamente, sino que me quitó toda mi autoestima, me vi como una mierda. Me insultaba, me llamaba puta. Me sacaba de los pelos a la escalera y me dejaba allí en camisón, muerta de vergüenza, me sacaba a patadas de la cama a las tantas de la madrugada. Yo tenía que ir al cuarto de Sofía, sacar la cama nido y dormir dos horas. Iba a trabajar al volante del autobús, me ocupaba de todo con mis hijos tan chiquititos. Mi hijo Cristian se daba cuenta de todo, el pobrecito hasta se hacía pipi de miedo cuando veía que su padre me perseguía”. Un drama en toda regla.  

Maite pidió ayuda a los servicios sociales

La "elegida de Dios" se refugió con Sofía Suescun en un piso tutelado para mujeres maltratadas. Por su parte, Cristian optó por quedarse junto a su progenitor, algo que Maite nunca comprendió y de donde nace la complicada relación que tiene con uno y otro: “Una no se recupera de algo así, porque te deja trastocada total”, ha declarado.

Encontró trabajo como conductora de autobuses y se casó con un nigeriano

Para sacar adelante a su familia, Maite consiguió empoderarse y empezó a trabajar como conductora de autobuses. Durante 22 años formó parte de la plantilla de transportista de pasajeros en la red urbana de Pamplona, abriendo camino de manera anónima a las mujeres trabajadoras: “Al principio, al no ser un trabajo habitual de las mujeres, la gente desconfiaba un poco, pero, luego, vieron que valíamos mucho”, asegura.

Fue en esta época en la que conoció a su segundo marido, el nigeriano Ugo. La madre de Sofía Suescun lo conoció en un ascensor y entre ellos tardó poco en surgir la chispa. Se casaron dos veces: una en España y otra en Nigeria. Sin embargo, tras algunos años de matrimonio, ella decidió divorciarse porque consideraba que era “un gorrón” y porque lo pilló hablando con otras chicas por Internet. “Sofía le puso una trampa en Internet. Le pillé ligando con otra. Le puse las maletas en la calle”, ha contado.

'Gran Hermano' y problemas de salud

La vida de Maite dio un giro de 180 grados cuando entró en ‘Gran Hermano’ en 2015. La navarra no tenía previsto participar en el programa de telerrealidad, pero al acompañar a Sofía al casting el equipo del programa se enamoró de su personalidad arrolladora y le propusieron participar junto a su hija. Todo lo demás es historia: su paso por Guadalix la convirtió en un personaje habitual de todos los espacios de Mediaset y en una celebridad nacional.

Sin embargo, esta etapa no ha sido tan feliz como parece ya que desarrolló importantes problemas de salud: Maite tiene cáncer en la sangre. “Además del cáncer tengo artritis, fibromialgia, hernias, cefalea y gastritis crónica. Me han arrancado la tiroides y se me ha desplazado una rosca de la columna”, ha confesado en varias ocasiones. Un cuadro clínico que también ha afectado, como no podría ser de otra manera a su salud mental.

Su enfrentamiento con Sofía Suescun

A raíz de su distanciamiento con Sofía Suescun, Maite ha intentado que su historial médico sirva como catalizador de un acercamiento con su hija: “Dios me ha traído muchas enfermedades porque quiere que esté siempre al lado de mi hija”, ha sentenciado. La dependencia de Maite de su hija ha sido pública y notoria durante años y ha saltado por los aires este verano cuando Sofía y su pareja, Kiko Jiménez, han terminado solicitando una orden de alejamiento contra Maite.

Víctima de la trama de los bebés robados

Antes de su nacimiento la familia Galdeano ya había vivido momentos complicados. Según explicó la navarra, su madre fue víctima de la trama de los bebés robados. Así se lo relató su propia madre: “Ella nos contó que tuvo a su primera hija, María Puy. Salió perfecta, de cuatro kilos y pico. Era la más guapa. Y que nada más nacer, estaba como una leona”. Al día siguiente de nacer una monja le dijo a la abuela de Sofía Suescun que el bebé había fallecido y nunca le enseñaron el cadáver.

Un año después Rosi, la madre de Maite Galdeano, se quedó nuevamente embarazada y la historia se repitió. Esta vez se trató de un niño llamado Juan Andrés, que un mes después de nacer tuvo un problema en un oído. "El médico lo metió para dentro y salió diciendo que había fallecido. "Si me lo llegas a traer una hora antes lo hubiese salvado", le dijo. En su parte de defunción ponía que había muerto por cirrosis. ¿Cómo va a tener un niño de un mes cirrosis?", comenta Maite.

En definitiva, la vida de Maite Galdeano ha sido complicada y tremendamente tortuosa. Solo conociendo todos los datos podemos hacernos una idea de su situación actual. Estaremos muy pendientes a la evolución de los acontecimientos y de lo que cuente esta noche en 'De Viernes'.