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Homenaje a Carlos Ferrando: recordamos la primera vez del periodista del corazón en Telecinco

La noticia de la muerte de Carlos Ferrando, uno de los grandes iconos de la prensa del corazón española, ha conmocionado a muchos compañeros de profesión, que han querido homenajearlo en redes sociales.

Son muchos los que lloran el fallecimiento de este rostro televisivo que marcó una época en la crónica social y que participó en numerosos programas de Telecinco, entre ellos, el histórico ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ de María Teresa Campos.

En ‘Unplugged’ no podíamos olvidarnos de la espectacular carrera de este periodista que hizo historia en nuestra cadena y, por ello, hemos querido viajar al pasado para recordar sus inicios de una manera muy especial.

La primera vez de Carlos Ferrando en Telecinco

Para ver su debut en la cadena amiga, tendríamos que viajar al año 1997, cuando Carlos Ferrando aterrizó como colaborador estrella en el programa ‘De Domingo a Domingo’ de Belinda Washington, donde era el encargado de contar la última hora de los famosos.

El tertuliano estuvo en el espacio de Telecinco desde el día de su estreno, el 9 de febrero de 1997, y se puso al frente de una sección llamada ‘La fama y la lana’ en la que analizaba la crónica social con un enfoque muy ácido.

Por aquel entonces, el periodista era muy conocido por su fuerte personalidad, su sentido del humor irónico y la manera tan especial con la que contaba las noticias: “Ay, qué miedo tengo yo en el cuerpo ahora mismo”, dijo la presentadora nada más verlo.

“Con este hombre a mi lado, esa lengua tan viperina que tiene y con las cosas que dice de los famosos…”, afirmó Belinda Washington, dejando claro que el nuevo colaborador del espacio iba a dar mucho de qué hablar.

Y tanto que lo hizo. Desde el primer día, Carlos Ferrando brilló con luz propia en el formato ‘De Domingo a Domingo’ donde trajo exclusivas de primera mano, entrevistas a los personajes del momento e informaciones que nadie conseguía.

Deslenguado como él solo, aprovechaba cada una de sus intervenciones en televisión para hacer gala de su particular sentido del humor y ese humor ácido que lo hacía diferente al resto de tertulianos de televisión. Hasta siempre, Carlos.