Diego Matamoros comunicaba el pasado mes de marzo el fin de su relación con Marta Riumbau, quien en aquel entonces, ya se encontraba embarazada de su primer hijo. El exconcursante de 'Supervivientes' y la influencer no han perdido el contacto desde entonces. De hecho, esta semana han sido pillados juntos acudiendo al ginecólogo. Una inesperada cita tras la que ambos fueron fotografíados muy felices, pues la creadora de contenido catalana pudo ver por primera vez el rostro de su hija Julieta.

La diseñadora, que decidió el pasado mes de enero ser madre soltera e iniciar su particular proceso de fecundación asistida al margen de Diego, está apoyándose mucho en su exnovio, con el que recientemente también se iba de viaje a Asturias.

Tanto es así, que tras la expulsión de Laura Matamoros de 'Supervivientes', el sobrino de Mar Flores - que estuvo viviendo en casa de su hermana durante toda su estancia en Honduras -ha regresado a casa de Marta Riumbau, algo que él no ha escondido en sus redes. Allí, está ayudando a su exnovia con todas esas tareas que ella no puede hacer debido a su estado.

Según las informaciones publicadas en el último número de la revista 'Semana', medio en el que se han publicado las imágenes de la pareja saliendo del centro en el que Marta está llevando su embarazo, el hijo de Kiko Matamoros no habría entrado a la consulta médica y habría permanecido en la sala de espera.

Esta no es más que otra prueba más de que Diego y Marta son dos ex muy bien avenidos. Aun así, el comportamiento de ambos, y teniendo en cuenta que Diego no formará - en un principio - parte de la vida de la hija que espera su expareja, continúa siendo una incógnita para sus seguidores.

Su desenlace sentimental no ha sido impedimento para que los dos continúen apoyándose mutuamente. Una realidad de la que ya hablaba el propio Diego en el comunicado que emitió para anunciar su ruptura (escrito por el que recibió numerosas críticas y fue acusado de haber utilizado inteligencia artificial para su redacción)

"Apoyándonos el uno al otro en nuestros caminos individuales hacia el crecimiento y la felicidad, sin que ninguna de las partes se canse de la existencia de la otra (...) Soy consciente de que este cambio puede sorprender a muchos de vosotros (...) Nuestra historia, aunque ha tomado un nuevo rumbo, sigue siendo una de amor y respeto", rezaba parte de este escrito.