Esperanza Gracia se ha convertido en una de las astrólogas más queridas del panorama nacional. La futuróloga lleva más de media vida en televisión y ha sabido reinventarse y adaptarse a las nuevas tecnologías para poder también acercarse a las nuevas generaciones. Gracias a su carisma y a su visión ha conseguido consagrarse como una de las mejores, sin embargo, no siempre se ha dedicado profesionalmente a la astrología.
Lleva 34 años en televisión, regalando con sus previsiones alegría y esperanza a quienes la escuchan. La clave de su éxito cree que es "avisar" pero no "negativizar" las situaciones, ayudando a "potenciar a la gente los recursos que tiene".
'Poco se habla' En el podcast que comparten Xuso Jones y Ana Brito (El show de Briten), la 'reina de las videntes', que dio el salto a Telecinco de la mano de María Teresa Campos (con la que tiene numerosas anécdotas), recuerda sus inicios en el mundo de los astros y su anterior profesión.
Espe es madre de dos hijos (uno de ellos influencer). Y para sacar a su familia adelante necesitaba trabajar. Ella misma ha hablado sobre su inesperado currículum, en el que figuran trabajos completamente dispares.
Durante una buena parte de su vida, la astróloga más querida de la pequeña pantalla trabajó como azafata de vuelos para una conocida compañía. Gracias a los billetes que les regalaban, Esperanza Gracia pudo viajar a Argentina, país en el que por casualidad, acabó descubriendo el mundo de la astrología. "Aquí no se podía aprender, no había ni un libro", explica.
Este mundo le fascinó y poco a poco fue descubriéndolo y adquiriendo conocimiento sobre el significado de los astros y la posición de los planetas. Tiempo después, en Londres, conoció el arte del tarot y del péndulo. Sin embargo, por mucho que le encantase, "tenía que sobrevivir". "Tenía dos hijos y no podía dedicarme a la farándula", dice entre risas.
Fue por su madre por quien acabó consiguiendo su acceso a la función pública. "Se empeñó en que tenía que tener un trabajo seguro", cuenta mientras revela que fue por ella por quien decidió prepararse unas oposiciones con las que acabó convirtiéndose en funcionaria y trabajando en el Ministerio de Defensa.
En club de Madrid, echando las cartas por 'pasión', fue descubierta por Emilio Romero y poco después consiguió su primer trabajo en televisión. Tras siete años trabajando en la cadena pública, acabó dando el salto definitivo a Telecinco.