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Raquel Salazar aclara si se sometió a la prueba del pañuelo para casarse con Carlos

Raquel Salazar, exintegrante de 'Los Gipsy Kings' y madre de la conocida influencer Noemí Salazar, está cansada de que le hagan siempre la misma pregunta en sus directos de Instagram y TikTok, que es la de que si se sometió a la prueba del pañuelo para casarse con el padre de sus tres hijos, Carlos Salazar, y ha decidido por fin sacar de dudas a sus seguidores.

La conocida como prueba del pañuelo es uno de los ritos más destacados de la comunidad gitana y se realiza en las bodas para certificar que la novia llega virgen al matrimonio. Si la 'ajuntaora', que es la mujer que lleva a cabo esta tarea, no da su visto bueno, la boda no se celebra, pues sin la prueba no se reconoce el matrimonio. Si no se 'saca el pañuelo' se considera que la pareja 'se ha escapado', esto es, pasan a ser pareja de hecho a ojos de la comunidad, pero cae el estigma sobre la familia de la novia, pues consideran que han fallado al no haber sido capaces de inculcarle la importancia de cumplir con esta prueba que 'honra' a los suyos.

Noemí Salazar sé sometió a esta prueba para poder casarse con Antón Suárez hace ya diez años, pero Raquel ahora ha contado que ella no lo hizo: "Yo el único pañuelo que me he sacado es el de los mocos cuando estoy constipada, la verdad. Mi virginidad se la llevó su marido pero no la puse en ningún pañuelo". La diseñadora ha ido más allá y ha compartido con sus seguidores la razón por la que no quiso cumplir con esta tradición y es que ella no es gitana, sino paya, por lo que no es una costumbre propia de su etnia.

Tras hacer esta confesión, ha recordado que su otra hija, Raquelita Salazar, no 'sacó' el pañuelo y que no por ello en la familia se tiene más estima a Noemí, pues las valoran a las dos por igual y respetaron la libertad de ambas para tomar la decisión que quisieron: "No es más buena ni más importante la que ha sacado porque mis dos hijas son igual de honradas, castas y puras. Una decidió sacarse el pañuelo porque le gustó y la otra no, no es ni mejor Noemí ni peor Raquel, no, cada persona elige cómo se tiene que casar".

"Cada uno somos dueños de nuestra vida y todo es respetable", ha sentenciado Raquel Salazar, defendiendo así la libertad de sus hijas y de cualquier otra persona para tomar sus propias decisiones sin tener en cuenta lo que diga la comunidad, la sociedad o la familia.