Sobrepasada por la pérdida de su bebé, el divorcio exigido por su marido y los desprecios de su hija adolescente, Inés se derrumba por completo recordando también su dura infancia. Totalmente rota por dentro, decide adentrarse en el mar con la intención de no volver; pero Hugo, que la vio andar desesperada por la playa, llega justo a tiempo para evitar el desenlace.
Inés había divisado en algunas ocasiones a Hugo en la playa. Mientras ella vivía el duelo por su aborto y reflexionaba sobre el abandono de su marido y su hija dejándola sola en la casa de la playa, la analista de datos se dio cuenta de que al chico le gustaba ir a nadar cada día.
Sin embargo, cuando Inés se disponía a entrar en el mar en mitad de la noche, chocó con él pero no se dio cuenta de quién era. Por su parte, Hugo sí que vio la desesperación en el rostro y las intenciones de Inés, que andaba fuera de sí.
Cuando Hugo iba a regresar a casa, vio que el cuerpo de Inés flotaba en el agua así que no dudó en rescatar a la mujer, que se libró de las consecuencias de la decisión que, sobrepasada por las circunstancias, había tomado.