Tras el fallecimiento de Rocío Jurado, llegó el inevitable momento de realizar la apertura del testamento. Ana Iglesias había sido elegida como albacea por la artista y convocó a Rocío Carrasco y al resto de familiares en la casa de La Moraleja para proceder a ello.
En este nuevo capítulo de 'En el nombre de Rocío', la hija de 'la más grande' desvela qué ocurrió aquel día, qué dejó en herencia a cada uno de los miembros de su familia y cómo reaccionaron al descubrirlo. “Si por ellos hubiese sido, yo no hubiese recibido nada de mi madre”, cuenta.
‘Yerbabuena’ para Ortega Cano; una nave industrial para Amador y sus hijos; otra nave para Fernando, su ahijado; el dúplex de Chipiona para Juan de la Rosa, el chalet ‘Mi abuela Rocío’ para Gloria: y, por último, la finca ‘Los naranjos’, también para sus hermanos, Amador y Gloria.
No obstante, la hija de ‘La más grande’ asegura que para ellos no fue suficiente: “No están satisfechos con las valoraciones. No están satisfechos con Ana. Si por ellos hubiese sido, yo no hubiese recibido nada de mi madre. No soportan que me nombre heredera universal. Gloria no lo puede soportar”.
Después de repasar el activo de la herencia, Rocío Carrasco muestra todos los datos del pasivo o, mejor dicho, lo que se debía: “Tuve que aceptar las hipotecas a las que tenía que hacer frente para hacer la aceptación de herencia. Para aceptar la herencia, yo que soy la heredera universal, tengo que hacerme cargo de todas las deudas de la herencia. Eso es por ley y yo me hago cargo”, dice.
Rocío Carrasco desvela el motivo por el que su tía Gloria y José Antonio no están satisfechos con la herencia: había otro testamento que Rocío Jurado nunca llegó a formalizar y en el que ellos eran los grandes beneficiarios.
El testamento lo encontró cuando su madre ya había muerto y hasta ahora nunca lo había hecho público: "Era una forma de desheredarme. No hay ningún bien por repartir, por lo que no soy heredera universal de nada. Este testamento es de cuando yo estaba con 'el ser', de antes de que llegasen José Fernando y Gloria Camila, y creo que era su forma de asegurarse de que ese 'ser' no iba a tocar nada suyo", reflexiona.
Ese sería el motivo por el que Gloria y José Antonio no habrían salido contentos de la lectura del testamento: "Por eso ponía a Gloria para que administrase todos los bienes de los niños y este era el testamento que Gloria y José Antonio Pensaban que iban a tener. Ellos sabían lo que ponía y creían que iban a ser los mayores beneficiarios de este testamento. Yo estoy segura que mi madre los dejó tranquilos diciendo que había ido con él al notario y se había formalizado, pero nunca lo llevó. En ese momento, es cuando él me pone la modificación de medidas, porque Gloria le contó lo que había ", ha asegurado.