Martín estaba destrozado porque Cristina había vuelto a Madrid. La pareja se había mudado a Peñafría con los planes de concebir un hijo, pero con el paso de las semanas Cristina parecía no tener realmente claro su deseo de ser madre y la presión de Martín para serlo no ayudó, así que el matrimonio decidió darse un tiempo. Sin embargo, un acontecimiento lo ha cambiado todo.
A los problemas que estaban teniendo sobre sus distintas proyecciones de su futuro se sumó que tanto Cristina como Martín habían roto su pacto de no trabajar para centrarse en llevar una vida más relajada en la que pudieran concebir un bebé. Al final, la pareja se dio cuenta que su matrimonio estaba lleno de mentiras y desconfianza.
Sin embargo, Martín decidió ir en busca de Cristina para decirle que prefería una vida con ella a ser padre. Por su parte, la dentista había ido también a su reencuentro para contarle una noticia que definitivamente les cambiaría la vida para siempre.