Juanjo decía haber superado su ruptura con Amaya, pero lo cierto es que aprovechó que su hijo Pelayo mantenía el contacto con ella para hacerse pasar por él y convencerla de que le fuese a ver a Peñafría. La actual cajera y presentadora de la teletienda aceptó y se produjo así el reencuentro de la expareja.
Dispuesto a reconquistarla de cualquier forma, Juanjo engatusó a algunos habitantes de Peñafría para que no desvelasen su treta de hacerle creer a Amaya que era un hombre de éxito tras haber salido de la cárcel. La última vez que Amaya y Juanjo se habían visto fue precisamente cuando ella le dejó en un vis a vis en la cárcel porque él había tocado fondo y ella quería seguir aspirando a la vida que había imaginado.
Amaya nunca perdió el contacto con Pelayo, el hijo de Juanjo que siente como si fuera suyo. Por eso no dudó en ir a visitarle a Peñafría cuando éste se lo pidió. Sim embargo no era Pelayo, sino Juanjo, que le cogió el móvil a su hijo. Cuando Amaya llegó al pueblo soriano, Juanjo la recibió en un coche conducido por el falso chófer Hugo y, a partir de entonces, empezó su engaño de hacerle creer que era un gran empresario.
La llegada de Amaya sorprendía y alegraba a todos los habitantes de Peñafría. La visita iba a ser temporal, pero Juanjo siguió con su plan de hacer que Amaya se quede en el pueblo para ver si así se dan una segunda oportunidad.