El profesor Etxeberria no dudó en ningún momento de que los huesos eran humanos y ha revelado que la María del Reposo Carrero, abogada de Ruth Ortiz, le facilitó las fotografías de los huesos tras ponerse en contacto con ella pero que no pudo aseverar que los restos eran humanos hasta nover los huesos en la comisaría de Canillas, en Madrid. "La certeza sólo puede venir dada por la intervención directa con los huesos y eso se produce el 14 de agosto. Se puede discutir hasta el infinito si algún trozo de los pequeños es humano o no, pero me llamó la atención la morfología de estas tres vértebras. Estas tres vértebras no son de roedores, tienen morfología humana, claramente. Sólo por esta fotografía me atrevo a decir que es de un individuo no adulto."
Los huesos pertenecían a dos niños
Desde el primer momento, el profesor Etxeberria tuvo claro que los huesos pertenecían a niños aunque le costó encontrar los restos del menor de dos años. "No tuve dudas desde la primera caja que los restos eran humanos pero veía sobre todo restos de una persona de seis años. No veía al niño de dos años. En las cajas vemos dos astrágalos, que son huesos del tobillo. Los comparo con dos astrágalos de un niño de seis años y el hueso es equivalente pero naturalmente más pequeño. Lo voy a comparar con un hueso astrágalo de un niño de dos años. Estos dos astrágalos son derecho e izquierdo. En la caja 3B me encuentro otro astrágalo y le dije a la policía que eran humanos y que son de personas de seis años y de otra menor de seis años. Las edades quedan muy bien fijadas por los dientes."
¿Cómo se quemaron los huesos?
En su declaración, el profesor Etxeberria asegura que los huesos fueron sometidos a temperaturas muy altas. "Cuando un hueso está negruzco la temperatura alcanzada está en torno a los 300º. Para que se incinere un hueso, se necesita el doble de temperatura, en torno a los 600º. Cuando vemos un hueso completamente blanco es que se ha quemado todo el carbono del hueso con lo que se ha retorcido, disminuye su tamaño y no queda más materia orgánica que quemar. Se convierte, casi, en una estructura mineral. Si nos vamos a los huesos del cráneo, está más quemada la superficie que el interior porque está más tiempo expuesta a las llamas. Es la razón por la que en la tabla externa están blancos y en la interna negros", ha dicho Etxeberria.
El antropólogo sostiene que los huesos que examinó son los mismos que se recuperaron en la hoguera y ha asegurado que los huesos que no examinó fue porque no abrió unas bolsas. "La policía fotografía en escena y en el laboratorio. Esos tres huesos no los vi en la comisaría de Canillas porque no abrí estas bolsas, no porque no estuvieran. Cuando estaba casi acabando dijo que la bolsas eran cenizas", ha explicado Etxeberria, que ha asegurado que las cajas estaban precintadas. "Hay que centrarse en la hoguera. Llevé dos essqueletos a la comisaría de Madrid. Uno de un niño de dos años y otro de seis. La caja estaba cerrada con un plástico de color azul", ha dicho Exeberria que ha explicado que las cajas se abrieron en su presencia.
"Yo sostengo que se trataría de una muerte violenta homicida"
El profesor Etxeberria ha asegurado que en ningún momento examinó restos animales. "No he visto huesos de animales. Todos los huesos que hay permiten orientar la naturaleza humana", ha explicado el antropólogo que ha detallado la posición en la que se encontraba el cuerpo de la menor pero no el del niño. "Respecto al niño no tengo opinión cualificada para decir en qué posición está. Está mas destruido por ser un niño de dos años", ha dicho Etxeberria, que aunque no sabe las causas de la muerte si que cree que se trató de un homicidio. "No puedo saber cómo han muerto los niños. Yo sostengo que se trataría de una muerte violenta homicida", ha dicho el antropólogo, que habló con la profesora Lamas tras examinar los huesos. "Le dije a la profesora Lamas que los dientes eran claramente humana."