'El programa de Ana Rosa' entrevista en directo a Joaquín, el padre de la niña de 3 años que falleció en Écija tras acudir tres veces seguidas a Urgencias y que los médicos la mandaran a casa al considerar que no había nada de qué preocuparse. Manuela, que había sido sometida a una operación de amigdalitis, estaba sufirendo una parada cardiorespiratoria que acabó con su vida debido a la grave hemorragia interna que estaba sufriendo.
El padre explica sobre el proceso de intervención a su hija que "vemos muchos fallos desde el principio hasta el final, hemos conseguido un informe médico en el cual la casualidad de la muerte de mi hija es el hospital, según el perito". En cuanto a la demanda de los padres al centro médico, sentencia: "Estamos luchando, llevamos siete meses buscando la manera de intentar poner la denuncia...".
Tras esto, Joaquín confiesa todas los problemas que están poniendo desde el centro médico: "No solamente está la muerte de mi hija, sino una segunda muerte porque nos están dadno por todos los lados con dificultades para conseguir papeles médicos, te dicen que es muy difícil que sea por lo penal... pero vamos a seguir luchando y con cabezonería lo vamos a conseguir".
Joaquín, con la voz rota y sincerándose, cuenta cómo empezó esta pesadilla: "A ella la operan el día 19 de amígdalas, se le hizo bastante daño desde mi punto de vista, no podía hablar y no volvió a hablar en esos cuatro días hasta que falleció". Además, añade el padre de la menor: "Volvimos al hospital, nos dijeron que estábamos locos, que no pasaba nada, que a la niña la acababan de operar, que era normal que no tragara y que volviéramos a casa".
Sin embargo, la salud de la pequeña no mejoraba, cada vez tenía más fiebre y su rostro era totalmente blanco: "Ella empeoró y volvimos a Urgencias, no hablaba ni hacía gestos, se encontraba muy mal y nos volvieron a tomar por locos". El padre, casi con lágrimas en los ojos, se rompe al recordar el momento más duro de su vida: "La pobre estaba sufriendo una hemorragia interna, ella por la noche se murió en nuestros brazos, delante nuestra, salimos corriendo y... lo que han hecho con ella es una barbaridad".
El padre no da crédito con cómo se trató el caso de su hija, pero señala directamente a la última persona que trató a la menor: "La última mujer debería haberla derivado a un otorrino, le debería haber hecho un análisis de sangre que le podría haber salvado la vida a mi hija... sólo la miraban, le abrían la boca y la mandaban a casa". "Es lo más inhumano que he visto en el mundo. La dejaron pálida, con fiebre, nos tomaron por locos y a las 10 horas se nos murió en nuestros brazos", sentencia destrozado.
Por último, en cuanto a los responsables, Joaquín comenta: "Ahora hay silencio, por parte del alcalde, el director del hospital, no tienen ni la decencia para dar la cara y pedir perdón por la barbaridad que le han hecho a mi hija... ella era muy guapa, sana y la operamos por ella, fuimos tres veces a urgencias y nos mandaron a casa".