'El programa de Ana Rosa' entrevista en directo a la joven que fue abusada sexualmente por su abuelo durante la adolescencia. El anciano, condenado a 11 años de prisión, salió de la cárcel al tercer año por riesgo de "muerte inminente" y ahora se pasea por el pueblo, hace la compra solo y se ha saltado en dos ocasiones la orden de alejamiento que tiene con la víctima.
El anciano pederasta fue excarcelado por riesgo de muerte inminente y nada más salir de la cárcel lo que hizo fue saltarse la orden de alejamiento con su víctima. El agresor acudió a una famosa cadena de supermercados, andando tranquilamente, con su bastón, a hacer la compra y allí se encontró cara a cara con su nieta. Lejos de pasar desapercibido, cogió un carro de la compra y fue hacia ella. La víctima, al ver que se acercaba, entró en un ataque de pánico al verlo cerca y éste se encaró con los trabajadores del establecimiento por echarle del centro.
La joven, sobre el estado de salud, comenta: "En ese momento estaba hablando con mi madre y pude hacer ese vídeo para tener pruebas, la otra vez que se saltó la orden de alejamiento solo pude hacer una foto y me dijeron que fue fortuito, que ocurrió por casualidad". Tras ocurrir por segunda vez, la víctima dice: "No sé a qué están esperando los jueces, es la segunda vez, cuando lo vi con el carrito venir hacia mí, ahí ya broté, no pude aguantar, eso me superó...".
"Me puse muy nerviosa, escuchaba cómo los labios se le movían pero no logré escuchar lo que me decía", relata la víctima al reencontrarse con su agresor en un supermercado. Tras esto, la chica dice: "Tuve mucho pánico, llamé a mi madre para decirle que estaba en la puerta, pero mi sorpresa fue que no se marchó, sino que se introdujo en el interior".
"La dependienta me preguntó si él tenía una orden de alejamiento, le dije que sí, ellas intentaron echarlo del supermercado y él insistía en quedarse ahí porque supuestamente no había hecho nada malo", confiesa la chica a Joaquín Prat. Tras esto, la víctima cuenta cómo es su vida desde que le dieron la libertad a su abuelo: "Cuando entró en la cárcel, al principio yo estaba bastante mal y luego empecé a levantar cabeza... pero desde que salió, voy cuesta abajo y sin frenos. No salgo de casa, haciendo estas cosas...".
En cuanto al estado de salud del anciano, al que le dieron la libertad por riesgo de muerte 'inminente', sentencia la joven: "Es que si yo saliera, viese que él va a peor, en silla de ruedas, viese que se va a morir porque tiene 'muerte inminente' pues... pero lleva dos años en su casa, tan mal no está para estar libre en la calle". Joaquín Prat, que no da crédito con la situación, alucina con la justicia: "Ahí sigue, con su bastón y tan tranquilo como para ir a hacer la compra al Mercadona".
La víctima confiesa que no saben qué más hacer para volver a encarcelar al anciano o, por lo menos, hacer que no se vuelva a cruzar con su víctima: "Pedimos que le revisaran el caso, nos lo rechazaron. La pulsera, nos lo rechazaron. Cualquier cosa que pedimos nos lo rechazan". "Lo hemos intentado todo, pero la justicia nos deniega la pulsea porque él no es agresivo... pero es que con que sólo me mire, a mí ya me entra pánico y ansiedad, no sé explicarte esta situación".
Por último, tras los comentarios de Joaquín Prat y lo colaboradores, la víctima termina diciendo sobre su agresor: "Él es una persona que no debe estar en la calle porque ha hecho daño a una persona, no deben darle la libertad así porque así, por un riesgo de muerte inminente...".