'El programa de Ana Rosa' analiza todos los detalles de la presunta agresión sexual de Dani Alves a una joven en el interior de la discoteca Sutton. El futbolista brasileño se encuentra en prisión y su salida dependerá, entre otras cosas, de las imágenes que se captaron por las cámaras de seguridad.
Patricia Pardo informa que el futuro del jugador dependen, entre otras cosas, de las imágenes obtenidas por tres cámaras de seguridad: "Hay una, a la entrada del local. La segunda, la del propio reservdo donde se supone que se produjeron los hechos. Y la tercera, la del agente de los Mossos d'Esquadra que atendió a la víctima aquella noche".
La primera cámara que es analizada se encuentra en el propio reservado en el que ocurrieron los hechos. Sobre estas imágenes, el recurso que el abogado de Daniel Alves hizo es totalmente contradictorio al narrado por la víctima: "Se observa a un grupo de cinco personas departiendo de un modo lúdico y festivo rodeados de muchísima gente en un espacio abierto, que dista mucho en ser el contexto y escenario de 'intimidación ambiental".
Unas imégenes que son fundamentales para los agentes porque ahí se verá cómo se acercan ambos a la puerta del baño donde se realizó la presunta violación. En el recurso del jugador, el letrado comenta: "Debemos focalizar cómo se observa como Dani Alves se dirige hacia la izquierda y entra en la puerta del lavabo, a los dos minutos la denunciante entra sin que Daniel Alves le franquee el paso o abra la puerta".
Al entrar, la víctima permanece 15 minutos el interior con el jugador y ahí no hay grabaciones por privacidad. La joven en su testimonio detalló qué es lo que ocurrió: "Me puso de espaldas contra el lavamanos, con el vestido levantado y comenzó a rozar su pene contra mi cuerpo. Me puso contra el wáter y me penetró de manera violenta". Al terminar la presunta agresión sexual, se vería como Dani Alves sale del baño y pide una copa. Minutos más tarde, la víctima sale del baño y rompe a llorar al ver a sus amigas, denuncia lo que ha pasado y se activa el protocolo.
Al activarse el protocolo entran en juego dos cámaras más. La segunda cámara que es analizada por los agentes es la que se encontraba en el pasillo de la discoteca, en esas imágenes se capta cómo Dani Alves abandona el local, pasando a escasos metros de la víctima y de su amiga, que se encontraba llorando mientras le contaba su relato a un empleado de la discoteca, y ni las mira.
Por último tenemos una tercera, es la cámara unipersonal que llevaba colgada la mosso d'esquadra en el uniforme. La agente es de las primeras que llegan a la discoteca para atender a la víctima y en estas imágenes se ve cómo la joven realizaba sus primeras declaraciones, llorando desconsoladamente y contando a los agentes que Alves la ha violado.