Pedro Castro, el padre del bebé que fue secuestrado en Bilbao, habla en 'El programa de Ana Rosa' para explicar cómo vivieron las angustiosas horas sin su hijo hasta que lo encontró la Ertzaintza a las 08:30 horas de la mañana. Además, cuenta cómo se produjo el robo y cuál fue la reacción del hospital.
"Yo vine a estar con mi hija la mayor, cuando volví, a las nueve o así salía del garaje y me llamó Laura diciéndome que nos daban el alta, que había venido una enfermera diciendo que se llevaba al niño para hacer las últimas pruebas, la del talón... Yo pensé 'qué raro, si esa prueba es a las 48 horas', ella le dijo que como había tanta saturación de partos tenían que liberar camas y que le hacía las pruebas para poder irnos a casa con el bebé", empieza narrando.
El padre explica que tras hablar con su pareja y lo que le había dicho la supuesta enfermera pensó: "Bueno, por una parte es hasta mejor, porque dormimos en casa y si mañana tenemos que volver, pues ya está". Sin embargo, su relajación cambió al entrar a la habitación del hospital: "Llego y el niño no estaba en la cuna, empecé a ponerme nervioso, salí fuera a preguntar y al ver que entre el personal sanitario se extrañaban... ahí me volví loco, es que te vuelves loco".
"Yo no podía coger el móvil ni nada, llamaron ellos a la Ertzaintza, yo tenía la esperanza de que algún sanitario dijera que se había saltado el protocolo y lo tengo yo, me lo he llevado para hacerle una prueba... pero cuando ellos dijeron que era imposible, pues vino la Ertzaintza y se montó un dispositivo de la leche", narra Pedro Castro en directo
El padre del bebé secuestrado confiesa que su pareja "estaba en shock" y que ella "no sabía ni lo que hacer, una mujer recién parida tampoco puede ir corriendo por ahí...". Después, Pedro Castro, roto por la emoción, cuenta sobre su mujer: "Ella bajó a la puerta, le pusieron una silla con una manta para ver y gracias a una celadora que estuvo toda la noche con ella y es muy buena persona".
En cuanto a él, Pedro confiesa que "empecé a buscar por contenedores, por las esquinas, yo ya no sabía ni lo que hacía. Paré a un taxi, empezamos a dar vueltas para dar la voz de alarma por todos lados". Tal fue su estado de ansiedad, que desde el hospital decidieron medicarlo "para que estuviera un poquito más tranquilo".
Pedro Castro cuenta el horror que pasó la pareja durante la desaparición de su hijo y que las horas fueron eternas: "A las cuatro de la mañana decidí llamar al jefe de la Ertzaina para saber si había algún avance o noticia. Ahí me cambió el pensamiento en positivo porque me dijo que la habían visto en una farmacia comprando leche... ahí pensé, bueno, que le iba a dar alimento, le iba a dar de comer, que era una loca pero que lo iba a cuidar".
"A las 08:15 horas me volvió a llamar y me dio 'Pedro, muy buenos días, tenemos a tu hijo y está sano y bien", dice el padre del bebé con lágrimas en los ojos y la voz rota. A partir de ahí, en cuestión de minutos los padres tuvieron al recién nacido junto a ellos: "Vino la ambulancia, pegué un salto para dentro, cuando vi que Aimar estaba bien fue uno de los momentos más felices de mi vida".
"Con Laura fue más bonito todavía, subimos a hacerle una exploración para ver que todo estaba bien. Yo fui con Aimar a la habitación donde estaba, ella lo cogió y no lo ha soltado todavía -sonríe-. Se ha enganchado a su madre y ahí está con ella toda la noche, cuando le quitas del olor de la madre se pone a llorar", termina diciendo el padre ante la audiencia.