Ocho meses después del asesinato de su hija Alba, de 14 años, Maite Egea ha roto su silencio. "No lo vimos venir. Hacía una semana que habían roto porque ella no le quería y quería hacer su vida", ha dicho Maite, que ha explicado que permitió la convivencia del joven en su casa porque le dijeron que le habían echado de casa.