'El programa de Ana Rosa' se desplaza hasta las inmediaciones del domicilio de Kiko Rivera e Irene Rosales para saber cómo se encuentra el hijo de Isabel Pantoja. El artista no atraviesa su mejor estado de salud y además tiene varios conflictos abiertos con su familia.
La reportera del programa de AR acude hasta la casa de Kiko Rivera para ver si contesta de la misma forma a nuestra compañera que al equipo de 'Sálvame'. El marido de Irene se asomó al balcón con su muleta y respondió amablemente a todas las preguntas de los colaboradores e, incluso, intentó mediar para alcanzar la paz con su prima Anabel.
Sin embargo, la reportera de nuestro programa es clara tras vivir un difícil episodio con Kiko Rivera: "Su operación de lavado de imagen ha durado menos de 24 horas". El artista ha mostrado una actitud totalmente opuesta, no ha contado ni una sola palabra, ha dado vueltas con el coche y ha intentado despistar a la reportera haciéndole correr calle abajo. "Llevamos toda la mañana pendiente para saber cómo está Kiko de ese problema de gota que tan fastidiado le tiene...", cuenta la periodsista.
Durante el directo, la reportera informa cada paso que ha realizado Kiko Rivera: "Venía de copiloto en un coche, al vernos en la puerta de su casa han intentado despistarnos, se han puesto a dar vueltas a la manzana...". Luego, la periodista detalla: "Hemos visto que han aparcado en otro lado y al acercarnos para preguntarles han pegado un acelerón, han bajado la calle a altísima velocidad".
El cámara y la periodista acuden hasta la puerta de la casa donde estaba Kiko Rivera intentando abrir la puerta. Allí, además de no decir ni una sola palabra, ha dado un fuerte portazo en la misma cara de la periodista. A los pocos segundos, sabiendo que ha cometido un error, el artista abre la puerta para pedir "perdón" por su feo gesto.
Por último, Irene Rosales tiene que salir nuevamente para dar la cara por su marido. La reportera le pregunta por el nerviosismo de Kiko Rivera y, sobre todo, por ese portazo. La mujer, sin saber qué responder, le excusa: "Será porque viene con el dolor y rabiando, y que mi puerta está fastidiada".