Kiko Rivera volvía a ponerse delante de las cámaras este fin de semana para apoyar a Irene Rosales que se mostraba hundida en el programa en el que trabaja y el hijo de la cantante aseguraba que no quiere hacerse cargo de las deudas de Isabel Pantoja, afirmando que lo único que le preocupa "es que en un futuro mi madre me deje a mi un marrón y yo sus hijos".
Paloma García Pelayo, presente en plató, se ha puesto en la piel del DJ: "El miedo de Kiko es entendible". Aunque ha querido tranquilizarle con los datos que tiene en su mano: "Hasta donde yo sé, la última tasación de la finca supera los 4 millones de euros, pero quedan por pagar 1.008.000 euros, si la tasación es de 4 millones seria muy difícil que eso no se cubriera". Y le manda un mensaje al hijo de la tonadillera: "Quédate tranquilo en parte porque el bien siempre garantizaría esa deuda, el bien podría parar la deuda".
Lo que también ha confirmado la periodista es que si esa deuda finalmente no se salda "ese bien es la garantía, lo que si se perdería es Cantora" y entiende el miedo del DJ porque "Kiko se quedaría sin Cantora, desaparecería la famosa finca, la joya de la corona sentimental de la familia probablemente se perdería si esa hipoteca no termina de pagarse", aunque la deuda de la tonadillera podría saldarse y no pasaría a su hijo.