Manuel Díaz 'El Cordobés' confiesa cómo fue la reconciliación con su padre: "Me llamó 'hijo', nos abrazamos y volvimos a nacer"
Manuel Díaz, sobre el momento que decidió hablar con su padre: "Pensé '¿qué me puedo encontrar, con un 'no'? He vivido con un 'no' toda mi vida'... ahí decido por primera vez en mi vida tomar las riendas"
"Llegué a su finca, él estaba en mitad del camino, abrió los brazos y al llegar me dijo 'hijo, todo llega, ya estamos aquí", sobre su encuentro con Manuel Benítez
La herencia blindada de ‘El Cordobés’: ¿Puede Manuel Díaz renunciar a la legítima?
'El programa de Ana Rosa' muestra en directo las declaraciones de Manuel Díaz 'El Cordobés' explicando con todo tipo de detalles cómo se produjo el reencuentro con su padre Manuel Benítez, cómo se gestó la reunión familiar y, sobre todo, confiesa en qué momento le llamó "hijo" por primera vez.
'El Cordobés' explica ante los medios de comunicación que a lo largo de su vida "mucha gente había querido unirnos, pero por una cosa u otra siempre se torcía". Sin embargo, sintiendo la emoción del aquel momento, Manuel Díaz confiesa: "Por condiciones del destino me encuentro con una oportunidad, mi corazón me dijo inténtalo porque es lo que me gustaría que pasara... entonces, me voy de la reunión al servicio un momento".
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En el baño, el protagonista empezó a meditar las consecuencias de hablar personalmente a su padre y tomó la mejor decisión de su vida: "Pensé '¿qué me puedo encontrar, con un 'no'? He vivido con un 'no' toda mi vida, no me va a hacer nada'... y ahí decido por primera vez en mi vida tomar las riendas sin que haya un tercero, ser yo el que habla por mí mismo y fue muy fácil, fue fácil...". Luego, 'El Cordobés' añade: "Fue fácil porque estaba haciendo lo que me decía mi corazón, mi verdad, y me sentía bien por lo que estaba haciendo, no me importaba que hubiese una negativa".
El primer contacto directo con Manuel Benítez: "Me llamó 'hijo' por primera vez en mi vida"
El entrevistado explica que tras tomar su decisión 'El Cordobés' tomó un primer contacto directo con su padre por teléfono y automáticamente pensó: "Esto no lo voy a perder, necesito tenerlo a medio metro de mí, es algo vital en mi vida". Tras la llamada, padre e hijo cierran un día para poder verse cara a cara: "Me permiten que se hiciera como yo quería, en una reunión con las personas que yo quería que estuviesen, Mariángeles, mi mujer Virginia, mi padre y yo".
"Llegando a su finca me paré en la cuneta, no paraba de temblar, tenía una cosa dentro... menos mal que estaba Virginia conmigo porque sino me hubiese desmayado al llegar, estaba muy nervioso", dice Manuel Díaz con el gesto muy serio. Tras esto, llegan a la finca y confiesa qué es lo que ocurrió, paso a paso: "Llegó el día, en ese momento escuché por primera vez en mi vida la palabra que llevaba toda la vida queriendo escuchar, me llamó 'hijo".
"Entramos con el coche y él estaba en mitad del camino, abrió los brazos y yo no sé cómo me bajé del coche, creo que hasta me tiré, fui hasta él y me dijo 'hijo, todo llega, ya estamos aquí", desvela Manuel con la voz emocionada. Tras esto, el entrevistado añade: "Ahí, en ese momento nacimos los dos, lo demás ya no tiene sentido, es el momento de nuestro nacimiento".
"Yo le escuché decir 'hijo', esas palabras salir de su boca, se me clavaron dentro... automáticamente se me nubló el mundo, me vi ahí con él, a su lado, tocándolo y él tocándome, fue una sensación increíble, no la he sentido en mi vida con nada ni nadie, él estaba por fin ahí, no me lo podría creer", detalla 'El Cordobés' sobre la ilusión que vivió al reencontrarse con su padre.
Por otro lado, Manuel Díaz comenta que su padre "es un ser humano excepcional, te atrae e impacta" y solamente desvela a todo el público una parte de la conversación que tuvieron los dos en privado:"Necesitaba decirle lo que le dije, me senté y le comenté: 'Perdona si he hecho algo en mi vida que no debiera, pero las circunstancias me han obligado'. Él me miró y me dijo: 'No, perdóname tú a mí'... Y ya está, qué más dará lo que haya pasado antes, era nuestro momento y lo que yo necesitaba".
Las anécdotas de 'El Cordobés' con su padre y el abrazo con sus nietos
Durante la reunión con 'El Cordobés' padre, Manuel Díaz explica que "apareció un niño pequeño dentro de mí, os lo juro, no sabía ni que existía y estaba ahí escondido, callado y esperando. Virginia dice que yo me metía debajo del brazo de mi padre, no podía evitarlo, tenía una fuerza dentro, quería evitarlo pero no podía, me metía debajo y ponía mi cabeza sobre su pecho".
"Se paró el tiempo de tal manera entre nosotros que se creó una burbuja, no sabéis cómo fue eso, pero después por la noche me puse malo porque las emociones fueron incontrolables", comenta el entrevitado sobre la reconciliación. Tras esto, 'El Cordobés' cuenta alguna de las anécdotas entre risas: "Le dije 'ojalá pudiera quitarme 10 años de mi vida y dártelos a ti' y él sonriendo me dijo '¡venga, dámelos!".
'El Cordobés' también comenta que uno de los problemas que tiene actualmente es verbalizar la palabra 'papá': "Le dije 'oye, ¿cómo te llamo? es que la palabra papá no la tengo interiorizada en mi vida, tengo mamá, hermano, pero papá no. ¿Te va a importar?". Tras esta pregunta, Manuel Benítez le contestó con una sonrisa: "¡Qué me va a impotar!". Sin embargo, el entrevistado cuenta que todavía está en proceso de adaptación: "Esa palabra para mí todavía no está interiorizada, quiero decirla pero cuando llega a mi cabeza se para y no me sale".
Manuel Díaz, muy emocionado, cuenta cómo fue el encuentro de sus tres hijos con 'El Cordobés': "Ellos estaban también muy felices y nerviosos, pero tengo una imagen en mi mente, estaban los cuatro abrazos y yo me acerqué a él, con mi mano le cogí la cara y le dije: '¿Tú sabes por qué ellos te quieren? Porque yo les he enseñado a quererte".
Por último, sobre el famoso abrazo ante las cámaras entre padre e hijo, 'El Cordobés' sentencia: "Yo fui porque me lo pidió mi padre, en aquel momento en el que me da el abrazo, él se siente bien por hacerlo y había dos cosas muy importantes que no podían ser eclipsadas, que eran la felicidad de mi padre y la verdad de mi madre".