En la primera parte de la carta que Ana Julia Quezada ha escrito a Ana Rosa Quintana, la asesina confesa del pequeño Gabriel pide perdón a la familia y mantiene su versión de que la muerte del niño fue un accidente. "Me asusté mucho, el miedo se bloquea y actué así. No fui lo suficientemente fuerte como para decirle a mi pareja, a nadie, lo que había pasado y, poco a poco, me fui metiendo en una bola cada vez más grande", comenta.