Paul Bresson pilló a Manuel tras haber prendido fuego a la nave en la que se encontraban algunos de los cerdos de Joao. Tras darle una paliza y un escarmiento en forma de tortura, Joao decidía dejarle en libertad, aunque eso sí, tendría que pagarle hasta el último céntimo de todo lo perdido. Además, le dio un mensaje, o más bien un toque de atención, para su padre, Raimundo.