Joao pretendía esperar a la oscuridad de la noche para atacar el hotel donde estaban escondidos José Espada y María, pero la duda de que pudieran escapar antes hizo que su operativo se adelantara. Con todos los policías del inspector Sánchez muertos y parte de los suyos también, tanto Nacho como el propio Ramón así como Lucía, José y el pequeño Samuel están totalmente acorralados y parece difícil que puedan salir con vida.