Son muchos los que aseguran que el declive de José María Ruiz-Mateos comenzó cuando saltaron a la luz las primeras infidelidades del empresario. Ruiz-Mateos, casado desde hacía décadas con Teresa Rivero, no se esforzaba por intentar ocultar su tremendo afán por “piropear” a las mujeres.
Era frecuente que durante sus entrevistas en televisión las presentadoras y reporteras tuvieran que soportar comentarios que hoy día harían saltar todas las alarmas. A la mismísima María Teresa Campos llegó a decirle durante una entrevista en televisión que “era una abuelita preciosa, de las que le gustan a él”.
El empresario gaditano estuvo relacionado con mujeres tan dispares como Carmen Posadas, Cuca García Vinuesa o su secretaria de entonces. Ángela Portero recuerda que durante los primeros años de su matrimonio fue completamente fiel a su mujer y madre de sus hijos: “Con la expropiación de Rumasa todo se vino abajo y ahí empezaron los escándalos”.
Rosa Villacastín cuenta que Teresa Rivero sufrió muchísimo durante aquellos años: “Era una mujer chapada a la antigua que lo consentía todo, pero lo que esa señora debió sufrir tanto por ella como por sus hijos”.
Y es que José María Ruiz-Mateos no se escondía y hasta llegó a presentarle a su mujer a Patricia Montes de Oca, una mujer que fue su amante durante años y con la que tuvo una hija que después, con el paso de los años, se demostró que efectivamente era su hija biológica.
José María Ruiz-Mateos fue uno de los personajes más mediáticos de los años 90 en España. El empresario gaditano y sus surrealistas performances marcaron una época y sus apariciones vestido de Superman o de presidiario se convirtieron en historia de la televisión.
¿Pero qué se escondía tras polémicas performances? Juan Luis Galiacho ha explicado en este primer programa de ‘Dinastías’ que la intención de Ruiz-Mateos no era otra que la de estar presente en los medios de comunicación para que su protesta por la expropiación de Rumasa no cayese en el olvido. El colaborador ha asegurado que las apariciones del polémico empresario estaban calculadas “al milímetro”.