Carmen ha tenido un nuevo encontronazo con los adolescentes que le hacían bullying a su hijo hace 7 años. Ella está convencida que algo que tuvieron que ver en la desaparición de Pablo en el supermercado. Pero nunca lo ha podido comprobar. Ahora Luis ha vuelto al barrio y Carmen se quiere tomar la justicia por su mano y presionarles de alguna manera. En un arrebato, le quemó la moto a uno de ellos.
Este acto les ha enfurecido, por eso, ellos también decidieron amenazarla y meterla miedo para que les dejara en paz. Y para hacerlo, dos de ellos se acercaron a la pastelería para tirarle una pierda al escaparate. Justo en ese momento, Santiago Abad estaba dentro y tras el incidente, el comisario decide llevar a Carmen a la comisaría para protegerla.
Una vez allí, Santiago le pide que lo deje estar y que le deje hacer su trabajo, sabe que ha sido Carmen la que ha quemado la moto a uno de ellos, “a Luis se le ve acojonado”, le dice, “pues hay que presionarlo”. Esta vez no pueden cometer errores.
Antes de que se fuera, Santiago le revela a Carmen que han detenido a Gaspar, “mejor así, al menos está vivo”, asegura. Carmen le intenta consolar como puede al verle tan abatido. Y le abraza mientras el comisario no puede contener las lágrimas.