Grupo 2 se hace cargo de la desaparición de un niño de 8 años. El padre de Carlos Gutiérrez Perea perdió su pista entre las 8.45 horas y las 9.00 horas de la mañana en una urbanización de adosados.
Al parecer el menor desapareció cuando estaba jugando en el patio de la casa después de que la madre decidiese que tenía que quedarse en casa porque estaba enferma. Ella se fue a trabajar y el pequeño se quedó con su padre. Nadie escuchó nada y solo se sabe que hubo dos llamadas ese día por la mañana. Una de la madre al hospital y otra del padre a su hermana.
Los policías descubren que la madre está un poco obsesionada con la salud de su hijo, sobre todo después de que su hija muriese hace un par de años. Además el padre está también muy enfermo y en silla de ruedas.
Sebas acude al hospital y una de las doctoras que ha atendido al niño le corrobora que la madre no para de llamar y de llevar al niño a urgencias, incluso llegó un día a enfadarse con ellos por no hospitalizar al menor por unas dolencias.
Santiago y su equipo llegan a la conclusión de que la madre puede padecer el síndrome de Munchausen, un enfermedad mental muy difícil de demostrar que consiste en inventarse enfermedades y dolencias para que el niño siempre esté enfermo.