Pablo desapareció hace 7 años, 7 años en los que Carmen no ha dejado de buscarlo y siempre ha mantenido viva la esperanza de que estuviera vivo. El día que desapareció en el supermercado, su hijo vio fuera a los menores que le acosaban. Su cara cambió por completo y entró rápido con su madre a comprar. Pero una vez allí cuando fue a buscar una bolsa de patatas, ya no se supo nada más del menor.
Carmen siempre ha tenido claro que esos niños tuvieron algo que ver con lo que le pasó a su hijo, pero nunca pudo demostrarlo. Ahora uno de ellos ha vuelto al barrio. Además, va a ser padre muy pronto. Carmen se acercará a ellos para preguntarles por el bebé que esperan, y les propondrá que le llamen Pablo. Algo que les sentará muy mal.
Pero esta no va a ser la única vez que coincida con ellos, en el mismo parque que muchas veces les vio, otra vez estarán por ahí. Les mirará, ellos también, la intentarán intimidar con la moto pero ella permanecerá inmóvil esperando que la atropellen…
La intimidación no acabará ahí. En su pastelería, también vivirá un momento incómodo con uno de ellos. El joven entrará y le pedirá un bollo, “eran los que llevaba Pablito al colegio, lo sé porque eran los que le quitábamos”, le dice de manera insolente. Antes de irse le estampa en la blusa todo la nata del pastel. Al verlo Sonia Ledesma le querrá detener, pero Carmen le pedirá que no lo haga...