Hace algunas semanas, Cándido Conde-Pumpido se veía envuelto en un gran escándalo tras ser acusado por una mujer de una presunta agresión sexual. Pese a que el hijo del magistrado negó en todo momento que los hechos ocurriesen así, lo cierto es que Cándido estuvo durante días en el foco mediático e inevitablemente señalado.
Ahora que el juez ha decidido archivar el caso por falta de pruebas, el hijo del presidente del Tribunal Constitucional se sienta por primera vez en un plató de televisión para dar su versión de lo sucedido en primera persona y despejar todas las dudas que puedan quedar sobre aquella fatídica noche.
El ex de Lara Dibildos le ha explicado a Bea Archidona que se siente satisfecho con la decisión del juez, pero también que lo vivido en los últimos tiempos ha sido sin duda lo peor de su vida: “Fue un infierno verme esposado y estar retenido en un calabozo”.
“Lara y yo rompemos en torno a mediados de octubre y días después conozco a esta persona en la puerta de un local de Madrid, parece ser que ella tiene interés en mí y acabamos en mi casa como una noche normal, en ese momento no hubo ningún tipo de relación sexual (…) Yo en ese momento no estoy bien por la ruptura con Lara y ella una chaqueta olvidada en mi casa para volver a vernos, ahí surge una relación un poquito más intensa pero que no pasa de ser meramente circunstancial, nada parecido a una relación sentimental”.
Conde-Pumpido asegura que esta mujer no se tomó nada bien que en los medios de comunicación se hablase de Lara Dibildos y que, víctima de un ataque de celos, comenzó una estrategia de acoso contra él:
“Yo empecé a ignorarla, no quería nada saber nada de todo eso, y ella llegó a presentarse en la puerta de mi casa, a escribir a mis amigos a través de Instagram y a tener comportamientos de este tipo (…) Un día concreto se presentó en mi casa con comida asegurándome que yo lo que necesitaba es que me cuidaran y que ella estaba ahí para eso”.
Cándido asegura que esta mujer nunca le dijo que se hubiese dedicado a la prostitución y que ese supuesto trabajo era algo que él desconocía por completo: “Yo no supe que era escort hasta ese día. Así ha relatado Cándido lo que sucedió el día de la falsa agresión sexual:
“Ese día había dos amigos en mi casa, uno de ellos se fue sin que ni ella lo viese, ella pretendía que nadie pudiera testificar en su contra diciendo que eso no había pasado, y la forma de hacerla era acusarlos a ellos también de participar en el supuesto acto”.
Cándido asegura que ese día (el que la denunciando asegura se produjo la agresión) ni tan siquiera mantuvieron relaciones sexuales:
“Cuando ya me cansé de escucharla (ella llevaba en casa del abogado desde el día anterior) le pedí por favor que se fuese de mi casa y entonces ella se hizo la ofendida, le pedí a un amigo mío que estaba en la casa que la llevase y eso ella se lo tomó muy mal, decía que tenía que ser yo la que le llevase (…) Ella empezó a pegar gritos y a aporrear la puerta, yo no le abrí y ella llamó a la policía, lo que les contó es una historia completamente diferente de lo que luego se dijo en la denuncia”.