Se trata de un capítulo de su vida del que Fran Rivera aún ahora, después de décadas, no puede hablar sin emocionarse. Fran intenta no nombrar a Isabel Pantoja porque cree que el simple hecho de mencionarla es motivo de mal fario. El torero no se siente capaz de perdonar que Isabel Pantoja, cuando él y su hermano Cayetano eran simplemente unos niños, no les diera algunos de los objetos personales de su padre:
"Es tanto el daño que esa mujer nos ha hecho… Ha tenido muchas oportunidades para darnos cosas sin valor económico, solo sentimental, muchas personas que han estado cerca de ella le han pedido que nos dé las cosas de mi padre y ella lo que contestaba es que las cosas no se iban a mover de Cantora".
Preguntado sobre si sería capaz de llevar a su hermano, Kiko Rivera, ante un juez, Fran Rivera no tiene duda alguna. Fran no llevó a sus tíos y a sus abuelos ante un juez y tampoco piensa hacerlo con Kiko:
"No le voy a pedir a mi hermano que declare ante un juez por las cosas de mi padre, no lo hice con mis tíos y mis abuelos y menos lo voy a hacer con mi hermano".
Uno de los momentos más impactante de la entrevista ha llegado cuando Fran Rivera, con la voz entrecortada, ha reconocido que ha sido muy duro aceptar que nunca iba a tener las cosas de su padre, especialmente las de torear:
"Esa mujer me ha hecho mucho daño, para mí habría sido muy importante tener algo de mi padre, sobre todo cuando empecé a torear, he llorado mucho por su culpa".
Fran Rivera ha visto por primera vez las últimas declaraciones de Isa Pantoja. La pequeña del clan respondía al torero sobre las declaraciones acerca de su madre: "No me creo todo lo que ha contado, creo que habla desde el rencor".
Fran, lejos de reaccionar mal a las palabras de Isa, ha reconocido que sí, que sus palabras son producto ya no del rencor, si no del más profundo dolor:
"Tiene toda la razón, pero más que desde el rencor hablo desde el dolor, desde el dolor más inhumano, porque es inhumano lo que esa mujer hizo conmigo y con mi hermano cuando yo tenía diez años y él seis (...) Era la sensación de cómo nos trataba, tú notas cuando te quieren y cuando no te quieren, la sensación era que cuando mi padre estaba delante era de una manera y cuando él no estaba era de otra, pero lo que vino después fue mucho peor, es que por más vueltas que le doy no entiendo por qué no nos dio lo que mi padre dejó por escrito que era para nosotros".