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El Hierro, La Gomera, La Palma, Tenerife, Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y La Graciosa. Ocho islas forman el archipiélago canario, uno de los destinos turísticos por excelencia. Todas ellas tienen algo en común: siempre hay nuevos rincones por descubrir.
Su clima, su naturaleza volcánica, sus playas de todos los colores y su sorprendente gastronomía harán que siempre quieras volver. Las Canarias pueden ofrecerte un sinfín de experiencias y, en cada una de sus islas, te esperan lugares mágicos e irrepetibles.
Toda la costa canaria está repleta de piscinas naturales, pero la isla de El Hierro acoge una de las más impresionantes del archipiélago. A los pies de un acantilado en el pueblo de El Golfo, encontramos el llamado Charco Azul. Su nombre hace honor a sus transparentes aguas color turquesa.
Además, El Hierro es uno de los destinos favoritos para los amantes del buceo con más de 40 puntos de inmersión. Precisamente la transparencia de sus aguas permite que la visibilidad alcance hasta los 30 metros. Numerosas especies marinas y paisajes volcánicos lo convierten en un paraíso para el submarinismo.
Al norte de la isla, se encuentra el Mirador de Abrante. No se trata de un mirador cualquiera. Su suelo de cristal hace que sus visitantes tengan la sensación de estar flotando. La pasarela tiene una longitud de siete metros y permite divisar el océano atlántico y la isla de Tenerife al fondo.
La Isla Bonita. Si algo la hace especialmente atractiva son su infinidad de senderos. Cada uno de ellos te llevará a descubrir lugares de lo más bellos y dispares: desde paisajes volcánicos al verde de sus bosques de pino y laurisilva. Entre ellas destaca La Ruta de los Volcanes, considerada como una de las más bonitas del planeta.
Si hay algo imprescindible, eso es el ascenso al pico más alto de España: el Teide. Con 3.715 metros de altura, alcanzar su cima te regalará unas vistas panorámicas espectaculares. Además podrás disfrutar de sus imponentes paisajes volcánicos.
Con unas vistas absolutamente opuestas encontramos el Parque Rural de Anaga, al norte de la isla. Este macizo de montañas está cubierto de un impoluto manto verde de laurisilva. Sus completa red de senderos permite adentrarse en sus bosques y descubrir sus barrancos.
¿Imaginas una playa cubierta de palomitas? Existe y está al norte de la isla de Fuerteventura. Aunque ya es conocida como la Popcorn Beach, su nombre real es el de playa de El Hierro. Se encuentra en el municipio de La Oliva y se ha convertido en una de las playas más populares de las Canarias.
A ella se suma también la playa del Bajo de la Burra, de Punta Elena, en Corralejo. Aquí también creerás que caminas sobre palomitas. Eso sí, por mucho que la vista haga creer que se trata de este delicioso aperitivo, realmente son el resultado de la mezcla y erosión de algas calcáreas con la arena blanca. Se les llama rodolitos.
Pero no son las únicas playas dignas de admirar. La playa de Sotavento tiene una curiosa peculiaridad: tiene dos orillas. Este fenómeno surgió hace millones de años en la península de Jandía, al sur de la isla, tras una erupción volcánica.
También llamada ‘continente en miniatura’. Una isla llena de contrastes en la que no te puedes perder sus enormes bosques de pino canario, ni sus increíbles playas rodeadas de dunas. Entre ellas, las conocidas Dunas de Maspalomas, un espacio natural único y protegido en el que podrás sentirte como en el desierto.
Protegidas se encuentran también las cuevas del Yacimiento Arqueológico de Risco Caído, ubicadas entre los municipios de Artenera y Gáldar. Se trata de cuevas ceremoniales en las que los rayos de sol entran por un ventanal situado en la parte superior. Su estructura permite así conocer las estaciones y establecer calendarios de cultivos.
Sus impresionantes paisajes volcánicos y los colores negros y rojizos de sus tierras te recordarán a Marte. Para vivirlo al máximo, deberás hacer parada en el Parque Nacional de Timanfaya, la máxima expresión del volcanismo en toda la isla.
Además, al norte de la isla, concretamente en Guatiza, podrás disfrutar del Jardín de Cactus, creado por César Manrique. Fue la última obra del artista en la isla. Construido en forma de anfiteatro, cumula más de 1400 especies diferentes de cactus.
Si algo la caracteriza es su naturaleza virgen. En La Graciosa podrás olvidarte del asfalto y la contaminación. Pero, sin duda, te sorprenderán sus playas: arena blanca y aguas absolutamente turquesas. Podrás recorrerlas todas viajando en bicicleta.
Si quieres descubrir más curiosidades sobre las Islas Canarias, visita curiosasislas.com.