Las personas cada vez hacen menos ejercicio. Esa es la principal conclusión de un estudio elaborador por la Organización Mundial de la Salud, que pone sobre la mesa los enormes problemas para la salud que provoca el sedentarismo.
La diabetes tipo 2 tiene como una de sus principales causas la inactividad física y el ejercicio es un arma imprescindible para combatir y prevenir la enfermedad porque mejora la sensibilidad a la insulina y hace que el páncreas funcione mejor. Los smartwatch de salud como Fitbit Sense te ayudarán a dar este importante paso ya que monitorizan tu actividad y te recuerdan que es hora de moverse.
Sonsoles Ónega nos contó en ‘El método Vázquez’ by Fitbit cómo el deporte y la actividad física ayudan a su hijo Gonzalo, que tiene diabetes tipo 1, en su día a día y contribuyen a que lleve una vida totalmente normal.
La obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo para la diabetes tipo 2. La Organización Mundial de la Salud ya llama al tándem obesidad y diabetes tipo 2 como la “epidemia del siglo XXI”, ya que más de la mitad de la población mundial tiene obesidad o sobrepeso. Para englobar ambas patologías se ha acuñado el término “diabesidad”.
Cuando una persona padece sobrepeso u obesidad, su cuerpo se ve forzado a producir más insulina para que la glucosa pueda llegar a las células del tejido adiposo, lo que conlleva además que el páncreas tenga que producir más insulina para que los niveles de glucosa en sangre se mantengan dentro de los valores normales. Todo esto supone un sobreesfuerzo que provoca que el páncreas se fatigue y reduzca su producción de insulina.
Además, el exceso de peso está muy relacionado con la resistencia a la insulina. Las células pierden sensibilidad y acaban por no responder a la insulina, por lo que la glucosa no entra en ellas.
Incorporar pequeños cambios en nuestro modo de vida es la mejor forma de prevenir la diabetes tipo 2. Uno de los principales objetivos sería controlar el sobrepeso y reducir la grasa localizada sobre todo en la zona abdominal. Para ello: