Los 5 pasos necesarios para gestionar correctamente nuestras emociones
Consejos que pueden ayudarnos a analizar y reconocer nuestros sentimientos ante situaciones conflictivas y ayudarnos a gestionarlos de forma positiva.
La salud emocional es uno de los pilares básicos de nuestro bienestar, y aprender a cuidarnos en este aspecto puede marcar un antes y un después en nuestra manera de afrontar todo tipo de situaciones.
Hace poco que hemos empezado a prestarle más atención a nuestra salud mental, a valorar lo importante que es cuidarla y aprender a gestionar nuestras emociones. Nuestro frenético ritmo de vida y la exposición a la que nos sometemos en las redes sociales tiene una clara consecuencia: cada vez son más las consultas médicas que terminan con un diagnóstico de estrés.
Teniendo en cuenta las exigencias que afrontamos en nuestro día a día, es difícil que cambiemos el ritmo, pero sí que podemos aprender a tomarnos las cosas de otra manera. Cuando pasamos un mal momento es muy habitual que escuchemos frases como “no te preocupes”, “deja de agobiarte”, “no le des tanta importancia” o “no merece la pena llorar por esto”, pero la realidad es que lidiar con nuestros sentimientos en estas circunstancias no es tan sencillo como apartarlos, y necesitamos pasar por un proceso de validación de nuestras emociones para encontrarnos mejor.
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Pero esto no es algo que se aprenda de la noche a la mañana porque no nos han educado para ello, aunque siguiendo unas pautas y consejos podemos conseguir familiarizarnos con ese proceso, que nos ayudará a conectar con nosotros mismos y encontrar el camino hacia una gestión emocional mucho más saludable.
1. Practicar Mindfulness
Cuando estamos muy nerviosos nos resulta casi imposible tomar buenas decisiones, por eso, lo primero que tenemos que hacer es parar un momento y encontrar la manera de calmarnos. Y para esto, resulta de gran ayuda poner en marcha alguna técnica de relajación o mindfulness.
Para realizar este ejercicio de meditación resulta muy útil recurrir a la tecnología. El smartwatch Fitbit, gracias a su sensor EDA es capaz de escanear tu actividad electrodérmica y obtener información sobre cómo reacciona tu cuerpo al estrés, y te ofrece sesiones guiadas de mindfulness, enseñándote a controlar tu respiración a través de su función ‘Relax’, que te ayuda a mantener la calma.
Crea una rutina para dedicar todos los días un rato a tus emociones: relájate, respira, piensa, escribe sobre ellas y toma consciencia de ti mismo/a.
2. Identificar lo que sentimos
Una vez que hemos logrado calmarnos, es el momento de reflexionar sobre cómo nos sentimos. Identificar la tristeza, el enfado, el agobio, la decepción, la rabia, el miedo o la frustración es el primer paso para entender nuestras emociones. Para conseguirlo tenemos que escuchar a nuestro cuerpo y a nuestra mente para ponerle una etiqueta.
La psicóloga María Esclápez recomienda en ‘El Método Vázquez by Fitbit’ darle un espacio físico a cada emoción, alojarla en una parte de nuestro cuerpo, porque lidiar con algo tangible resulta más sencillo que enfrentarse a algo que no somos capaces de identificar.
3. Entender el porqué
¿Por qué me siento así? ¿Qué me ha pasado? Buscar el detonante de este sentimiento es el siguiente paso para racionalizar lo que nos ocurre. Puede tratarse de algo que nos acaba de ocurrir o, en muchas ocasiones, ser fruto de una acumulación de circunstancias o de una situación que hemos vivido hace varios días.
4. Identificar el fin de esa emoción
Todas nuestras emociones tienen un objetivo. Por ejemplo, sentir miedo agudiza nuestra prudencia y necesidad de sentirnos seguros; la tristeza es necesaria para gestionar una separación o una pérdida; la alegría nos da seguridad y nos reconforta; la rabia nos permite identificar aquellas situaciones que no nos gustan para que podamos cortar con ellas o modificarlas; y el estrés es la respuesta de nuestro cuerpo a un desafío.
Las emociones son un mecanismo de control y defensa que nos permite ordenar nuestras ideas y pensar con sentido crítico a la hora de tomar decisiones. Saber por qué ocurren es el primer paso para aprender a convivir con ellas.
5. Validar la emoción
Es el último paso para una gestión positiva de nuestras emociones. Cuando entendemos que toda emoción es válida y útil, que no debemos esconderla, si no escucharla y asimilarla, hemos aprendido a conocernos mejor a nosotros mismos, sabiendo cómo reaccionamos en determinadas situaciones.
Para esto, tómate el tiempo y espacio necesarios para sentir y escuchar esa emoción, hasta que la comprendas, la aceptes y, será en ese punto en el que ya podrás decidir si la apartas. Pero, para que sea positivo este paso hay que hacerlo al final del proceso, cuando la gestión se da por superada.
Cuando rechazamos una emoción sin haberla gestionado previamente, lo más probable es que ésta aumente, fortaleciéndose hasta desbordarnos.
Aprender a cuidar de nuestra salud emocional es un paso muy importante para sentirnos mejor. Por eso, ha llegado el momento de conectar con tu salud.