A pesar de su gran atractivo físico, Paula no ha tenido ninguna relación sentimental estable y parece reticente a enamorarse. Pero su actitud surge un giro de 180 grados cuando conoce a un turista en el pueblo que está conociendo Colombia.
Aunque su primer acercamiento terminó cuando él le dijo que tenía pareja, la visita del turista y de su amigo a la hacienda de los Vallejo hizo que se conociesen mejor y él quedase prendido de sus encantos.
Paula, que habitualmente sigue las normas de su familia, decide dejarse llevar por sus sentimientos e idea un plan para que su nueva ilusión pueda colarse en su habitación y así dar rienda suelta a su pasión.