Escondido y todavía intentando asimilar la sospechosa muerte de su hermano Cristóbal, Atila se ha dado al juego y al alcohol, sin importarle nada ni nadie. Tiene pendiente vengarse de Bruno, pero antes de que consiga hacerlo se encontrará de frente con un nuevo enemigo. Alsi, no quiere que nadie se interponga entre él y Reyes en el negocio del hachís.