¿Desayunamos?
Es la comida del día que más me gusta y la que considero más importante. Suelo hacer un desayuno muy parecido todos los días, aunque varía en función del entrenamiento y sobre todo de la hora a la que vaya a comenzar a entrenar.
Lo primero que tomo al levantarme es un vaso grande de agua templada con jugo de medio limón recién exprimido.
En realidad nunca bebo agua fría, no es buena ni para la garganta ni para el estómago, ya que hacemos trabajar mucho al organismo para ponerla a la temperatura corporal.
Tenemos que acostumbrar al cuerpo a beber como mínimo 2 litros de agua en condiciones normales, y es bueno acostumbrarse a beber el primer vaso en ayunas. Yo creo que bebo más de tres litros diarios.
Esto te ayudará a depurar, eliminar toxinas y fortalecer tu sistema inmunológico. La Vitamina C del limón posee propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas (te mantendrán fuerte frente a los resfriados) y es otra fuente de antioxidantes; entre otras muchas cosas te ayudará a tener una piel bonita y sana desde dentro. Y lo más importante, es un gran alcalinizante, encargándose de regular el PH del cuerpo. (Veremos en otro post con más detalle la importancia de la dieta alcalina).
Lo que nunca falta en mi desayuno es el zumo de naranja recién exprimido: gracias a esta dosis de vitaminas no caigo enferma prácticamente en todo el año. Si no tengo naranjas soy incapaz de desayunar, y si no tengo exprimidor (si estoy de viaje) me tomo la naranja entera.
Tampoco falta un té verde con miel. El único té que consumo es el té verde porque el resto me alteran demasiado. El té verde es diurético, antioxidante, nos ayuda a tener una piel bonita, un sistema inmunológico fuerte, mejora el nivel de colesterol, el sistema cardiaco, previene y ayuda a tratar enfermedades como el cáncer…. la lista de beneficios es larguísima.
Para endulzar lo único que uso es miel. Suelo comprarla a pequeños productores cuando voy de viaje al norte, mi favorita es la miel de brezo (cuanto más oscuras más ricas en minerales son).
Las primeras civilizaciones consideraban la miel un producto mágico (yo también). Contiene hasta 200 sustancias en pequeñas cantidades que la convierten en un cóctel de suplementos naturales únicos para nuestra salud. Una cucharada por la mañana te aportará energía, te protegerá de infecciones, regulará tu tránsito intestinal… tiene propiedades antisépticas, cicatrizantes, antibióticas, hidratantes… ¡no puede faltar en tu dieta!
Es un increíble conservante natural y no caduca gracias a su gran concentración de azúcar. Un dato muy curioso: en la antigüedad los traslados de cuerpos humanos se hacían sumergidos en miel para evitar la descomposición; Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia hasta Alejandría en el 323 a. C. de este modo.
Si la consumes después de entrenar te ayudará a recuperarte rápidamente, y antes de acostarte inducirá el sueño y te hará sentirte más relajado.
Es mi aliado número uno contra la inflamación de garganta, para mantener la voz en perfectas condiciones.
¡Olvídate del azúcar! Acostumbra a tu paladar poco a poco a tomar los alimentos con menos aditivos, aparecerán ácidos y amargos y redescubrirás sabores.
Siempre tomo un plato de fruta, normalmente combino piña, kiwi o papaya y plátano. Un par de nueces (en su defecto almendras, nueces de Brasil o cualquier fruto seco al natural) y un trozo de bizcocho integral casero (luego os doy la receta), dos o tres galletas de avena o una tostada de pan de semillas con miel.
Si me apetece salado, tomo la fruta y una tostada de pan de cereales o centeno con queso fresco, pavo o tomate y aceite de oliva. Los fines de semana o después de una carrera me encanta desayunar una tostada con aguacate, semillas de sésamo, sal y aceite de oliva, fuente de energía y grasas sanas.
Y si tengo por delante una larga jornada de trabajo opto por copos de avena integral cocinados con leche de avena o soja, mezclados con fresas, kiwi y plátano, y un poco de miel. Es un carbohidrato de larga absorción que te sacia durante horas. ¡Es lo único que me hace no tener hambre a media mañana!
Dedicadle un poco de tiempo a esta comida y no salgáis de casa sin desayunar, el organismo necesita calorías para afrontar el día. No adelgazaréis si os saltáis el desayuno, maltrataréis vuestro cuerpo y vuestra mente, y luego comeréis compulsivamente cualquier cosa a media mañana o llegaréis hambrientos al almuerzo.
¡Y nunca entrenéis en ayunas! Aunque hay dietas que lo recomiendan, a mí siempre me ha parecido una locura.
Os dejo la receta del bizcocho integral ;)
Ingredientes:
• 1 yogur natural desnatado 0%
• 3 huevos
• 2 medidas de yogur de harina integral
• 1 o 2 medidas de yogur de azúcar moreno (al gusto)
• 3/4 medida de yogur de aceite de oliva (intenso)
• 1 sobre de levadura
• 1 manzana con piel (suelo usar verde doncella)
• Ralladura de naranja
A este bizcocho le suelo añadir también un plátano y le quedan genial unas nueces, un puñadito de avena… lo que más os guste.
Elaboración: Engrasamos el molde y ponemos a precalentar el horno. Lo más importante es respetar el orden en el que mezclamos los ingredientes: en un bol grande batimos los huevos hasta que estén espumosos. Añadimos el azúcar y volvemos a batir. Cuando esté homogénea la mezcla añadimos el yogur y mezclamos de nuevo. Añadimos el aceite y volvemos a mezclar. En otro bol tamizamos el harina y la levadura. Vamos mezclando los ingredientes secos con los húmedos en varias tandas hasta que se integren. A continuación añadimos la manzana cortada en dados y la ralladura. Vertemos la masa en el recipiente y ponemos a hornear a 180º a media altura. En 35-40 min estará listo para que mañana comiences el día con una sonrisa :)