Chihuahua y sus Héroes Nacionales
La capital del Estado más grande de México es toda una sorpresa para el visitante. Una auténtica perla en la que todavía es posible ver la vida de la gente de la calle que pasea por el centro sin recalar en los turistas. Chihuahua es principalmente conocida por ser el punto de partida del ‘Chepe’, el Ferrocarril que atraviesa las Barrancas del Cobre, pero es una ciudad interesante que bien merece una visita y algo de tiempo para recorrerla. Si le dais una oportunidad descubriréis una villa de edificios coloniales, bellas y animadas plazas, calles adoquinadas y museos en los que se desarrollaron episodios cruciales de la historia mexicana.
La Catedral puede ser un buen punto de partida, el epicentro de lo que es y fue la ciudad y el lugar elegido para levantar una estatua al fundador de ‘la city’, el insigne Antonio Deza y Ulloa, un descendiente de españoles que llegó a ser “Capitán de caballos y corazas, caballero de la Orden de Santiago, contador juez oficial de la Real Hacienda y Caja de la Ciudad de México, gobernador y Capitán General del Reino de la Nueva Vizcaya”. La ciudad recibió el primer nombre de ‘Real de Minas de San Francisco de Cuéllar’, aunque ha quedado el nombre ‘rarámuri’ de Chihuahua que significa ‘lugar árido y arenoso’.
La capital del Estado tiene varios corazones latiendo por el centro. Uno está en la Basílica Catedral, el otro se encuentra en la imprescindible Casa Chihuahua, hoy un renovado centro cultural dedicado a la cultura e historia de la Región. El espacio más visitado se halla en el sótano. Apartado, oscuro y semi-escondido se oculta el calabozo en el que pasó sus últimos días el cura revolucionario Hidalgo. Todavía conserva la biblia y el crucifijo del rebelde, así como una placa con los versos que el sacerdote escribió en carbón en las paredes justo antes de morir agradeciendo a sus carceleros el buen trato recibido.
Para seguir con la historia tendremos que cruzar al Palacio de Gobierno, justo en frente, lugar en el que Hidalgo fue finalmente fusilado por los españoles en la Primera Guerra de la Independencia. Este es el tercer corazón del lugar, un espacio que late con vida propia y en el que igual te puedes encontrar una manifestación de profesores que un grupo de quinceañeras tomándose fotos con ocasión de su fiesta. El paso de niña a mujer se celebra por todo lo alto en muchos lugares de Latinoamérica, y México es, desde luego, uno de ellos. Las muchachas se visten como princesas y son acompañadas por sus amigos más cercanos en una celebración agridulce para los padres.
Pero más allá de la vida social que desfila por el Palacio de Gobierno, merece la pena que nos detengamos un momento en el señorial edificio del siglo XIX que luce grandes murales pintados que continúan la enorme tradición azteca en este tipo de arte. Fueron elaborados en la década de 1950 por Aarón Piña Mora y en ellos se narra la azarosa historia de Chihuahua, empezando por la decapitación del ya referido héroe Hidalgo, descendiente por cierto de Españoles (sus padres eran vizcaínos).
Muchas de las adolescentes se alargan también hasta la plaza del Ángel, popular monumento donde yacen los restos de chihuahuenses Ilustres. En torno a la estilizada columna de 35 metros se dan cita muchas parejas que ya de paso se alargan hasta la Plaza de los Mariachis, especie de corrala llena de bares y restaurantes que las noches de fin de semana tiene un ambiente popular y divertido que merece la pena disfrutar.
El otro héroe popular que recaló por aquí es el legendario Pancho Villa, líder de la Revolución Mexicana, elevado a los altares de la inmortalidad por Hollywood. José Doroteo Arango Arámbula nació en Durango en una familia humilde y sin paternidad clara. Una de las leyendas asegura que mató a tiros al patrón cuyo hijo había violado a su hermana mayor teniendo posteriormente que huir. Otra asegura que era hijo ilegítimo de un señorito en cuya casa sirvió su madre…Sea como fuere acabó ejerciendo de bandido y huyendo de la autoridad hasta que se enroló en un pequeño ejército revolucionario donde demostró sus dotes tácticas y de mando.
Tras la refriega, y siendo ya un auténtico caudillo popular (se le llamó el ‘Robin Hood’ mexicano), se instaló en Quinta Luz con su mujer, Luz Corral a la que conoció cuando ésta apenas contaba con 17 años y él la doblaba la edad. Fue una de las muchas mujeres que pasaron por la vida del rebelde con fama de mujeriego y vividor, pero la única que logró hacerse con el título de esposa del líder. El caso es que la casa es un auténtico palacete con 48 habitaciones llena de objetos personales y fotografías, aunque la pieza más curiosa de todas se encuentra en el patio trasero. Es el Dodge negro en el que Villa viajaba el 20 de Julio de 1923 a una celebración familiar en Hidalgo del Parral y en el que murió acribillado a balazos.
Tras su asesinato 25 supuestas esposas reclamaron su herencia. Y tras una exhaustiva investigación oficial Luz Corral fue proclamada como única cónyuge legal del héroe que después de retirarse había vuelto a incorporarse a la política, lo que se demostró una decisión fatal.
La parte de atrás del museo se centra en la historia de la Revolución Mexicana, un buen lugar para percibir la importancia de Chihuahua en el nacimiento del país azteca que hoy conocemos. La casa-mansión de Pancho Villa es solo una razón más para no pasar de largo de esta ciudad con personalidad y carisma como pocas.